Ricardo Anaya hizo una campaña que más bien sonó a una cínica burla contra la clase trabajadora mexicana.
El excandidato a la presidencia de México no se detiene con sus mofas hacia el pueblo mexicano, evidenciando a las familias que luchan cada día por llevar el pan a la mesa y se atreve a juzgar la administración de sus recursos. Ahora intenta reírse de sí mismo, pero sólo se ve mal.
Apenas vamos a mitad de sexenio y este político ya inició su campaña para las elecciones presidenciales de 2024, pretende recorrer todo el país para darse a conocer y conseguir adeptos a su partido. Y sí, se está dando a conocer, pero no por acciones de buena fe ni ayuda humanitaria ante la crisis económica y social que estamos viviendo, sino a través de los memes que hace la comunidad internauta para burlarse de él.
Este ocurrente personaje trata de vivir en los zapatos de los mexicanos promedio que se esfuerzan por salir adelante, pero en lugar de eso sólo refleja el elitismo del que es parte y el resultado es un show de comedia de mal gusto en el que observamos a un hombre bien vestido simulando convivir con el pueblo.
Lo que más nos arde
¿Cuántos recursos económicos está invirtiendo en este chiste? Seguramente ¡millones!, mientras muchas familias mexicanas no tienen comida en sus mesas todos los días. ¿Cómo se atreve a critícanos si no hace nada por generar empleos o ayudar a quiénes viven en pobreza extrema? Sólo es otro candidato enfermo de poder que poco hace por el bienestar general de los mexicanos.
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