A los mexicanos nos han hecho creer que somos los peores del mundo; ¿cuántas veces has escuchado que los extranjeros tienen miedo de venir a México?, ¿cuántas veces te han tachado de corrupto, flojo o sucio, solamente por haber nacido aquí?

¿Será que de verdad somos tan malos que ni las moscas se nos paran?

Una encuesta realizada en el año 2012, afirmó que el 42% de los mexicanos decían confiar mucho en sus vecinos, aquellos que a diario veían y a quienes recurrían en caso de tener algún problema.

La bondad y la maldad son simples maniqueísmos, una manera sencilla que nos enseñaron desde niños para clasificar todas las cosas, pero sin dar oportunidad a medias tintas, matices o arrepentimiento alguno.

Viendo lo anterior es una vergüenza que nosotros mismos afirmemos que los mexicanos son las bestias más desconfiables sobre la faz de la Tierra. Eso lo dijo Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos y mexicanofóbico por excelencia.

Es gracioso cómo ese gringo nos califica de violadores y delincuentes, cuando en su país los mismos norteamericanos salen cada cierto tiempo a masacrarse entre ellos, por cuestiones como el racismo, el clasismo y la segmentación entre grupos sociales.

Tampoco podemos afirmar que los mexicanos somos los mejores del mundo, pero al menos sí hay mucho por defender, personas que llevan con orgullo a este país y todo lo que aquí aprendieron, pese a lo que afuera se piense.

Claro, nadie que esté en su sano juicio podría defender al gobierno mexicano, las personas que están al mando hacen todo lo posible porque los que aquí viven se sientan avergonzados, que bajen la cabeza cuando les hablen de su país y que, incluso, renieguen de sus orígenes. Sin embargo, ¿cuántos países del nivel de México pueden estar orgullosos de sus gobernantes? y la respuesta es un largo silencio.

En buena parte de los países de niveles económicos y sociales parecidos a los de México, la voluntad de buena parte de los ciudadanos no se ve reflejada en el gobierno, mientras lo que manifiesta el otro sector poblacional, está basado en mentiras, dádivas y populismo absoluto.

Los mexicanos son culpables del gobierno que tienen, pero no son él, ni tienen alguna manera de influir sobre las decisiones que se toman.

@ElArdidisimo