La violencia en los estadios, afecta a la sociedad y a la institución deportiva, ya que el público no tiene la misma confianza de ir al estadio y gastar su dinero, en un boleto; eso tiene sus consecuencias, por que la institución deja de recibir ganancias y su permanencia en primera división corre riesgo, porque todos los equipos en primera división, en México, tienen que pagar o dar una cuota, y si no se paga serán dados de baja.
La violencia se presenta con más frecuencia en los grupos de animación, denominadas “barras”, estos grupos de aficionados son los que últimamente se han visto involucrados en disturbios, contra los grupos de aficionados de otros equipos, la gente no tiene un buen concepto de estas “barras” porque en algunas ocasiones se drogan y alcoholizan, camino al estadio; de ahí que falta mano dura y más vigilancia, con estos grupos de aficionados.
Han sido batallas campales entre los aficionados de los equipos; hasta ahora solo hay detenidos y numerosos lesionados, pero: ¿ya se pusieron a pensar si algún día muere alguien? Esperemos nunca suceda un hecho de esas magnitudes en el futbol mexicano, pero… ¿y si pasa?, ¿en ese momento se tomarán medidas más severas contra los responsables? ¿Qué castigo hay para estas personas que atentan contra un espectáculo que, años atrás en México, era netamente familiar?
LO QUE MÁS NOS ARDE
Hoy día, en nuestro país, al ir a un estadio, ya no sabes si vas a regresar con bien. Insistimos, es una fuerte llamada de atención, que está a tiempo de corregirse, con sanciones a nivel penal, severas, para quienes alteran el orden en un estadio de fútbol en México; para quienes protagonicen trifulcas y agredan a sus semejantes.
A los aficionados, en general, estén consientes de que la vida no se va en un simple y mundano partido de fútbol, a fin de cuentas es eso, un juego, en que ganas, pierdes o empatas, y asistes para divertirte, no hay que tomar los ejemplos de Sudamérica y algunos países de Europa, donde las familias ya no pueden asistir por temor a salir lastimados.