El negocio del espectáculo musical y deportivo, vive gracias a la venta de boletos y patrocinios. Pero desde hace décadas la reventa ilegal se ha convertido en un problema, que cuesta caro a los consumidores y genera millones a quienes lucran con la demanda.
Los ingresos globales por venta de boletos para eventos, es de 31 mil 834 millones de dólares y para el 2020 tendrá un crecimiento del 16 por ciento, según estimaciones de Statista (Portal for market data). Pero estas cifras no toman en cuenta los ingresos de las personas que se dedican a la reventa ilegal de boletos.
En la CDMX no es sorpresa que al llegar a un recinto, como el Auditorio Nacional, el Foro Sol, el Palacio de los Deportes o la Arena Ciudad de México, decenas de personas nos reciban con la frase: “quiere boletos, tiene boletos”. La reventa ilegal de boletos para eventos masivos existe desde hace mucho tiempo en México, y es parte del sistema de corrupción de la sociedad mexicana. Las autoridades hacen muy poco contra el delito y es común ver a policías a unos metros de los revendedores.
Esta actividad ha provocado desconfianza en los sistemas de ventas de boletos. El caso más reciente es el de las entradas para el juego de la NFL en México: en julio pasado se agotaron en la venta en línea, en sólo seis minutos, por lo que el descontento no se hizo esperar y en redes sociales, los usuarios acusaron de corrupción, aunque no pudo demostrarse.
La reventa es más evidente en finales de torneos de futbol y conciertos de grupos internacionales, como con los Rolling Stones, cuyos boletos en la reventa por Internet llegaron ¡hasta los cien mil pesos!
El asunto de la reventa no es un problema exclusivo de México, existe en muchos países. Hace unos meses, días antes de la final de la Champions Legue en Milán, entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, los boletos que estaban entre 70 y 400 euros se cotizaron entre 2 mil y 13 mil euros, según un reporte de El Mundo.
Los eventos especiales siempre son de extrema demanda, y los boletos se agotan más rápido de lo normal, por lo que miles de personas dicen sí, a la compra de boletos en reventa, a precios altísimos, entonces es difícil que a corto plazo se acabe con esta actividad, basada en la especulación, la oferta y la demanda.
LO QUE MÁS NOS ARDE
Como comentábamos, los revendedores se aprovechan de la altísima demanda de los boletos, y los venden a precios que superan nuestros miserables sueldos. Así que si son fans de alguna banda legendaria, o seguidores de equipos internacionales, mejor vayan vendiendo su casa, para que les alcance, aunque sea para un boleto individual…