Chats, consultas rápidas, mensajería instantánea, fotos, vídeos, música, enlaces, emails y Facebook, eso y más, es todo lo que podemos encontrar en Internet, y nuestras mentes se han acostumbrado a hacer una lectura superficial al navegar, y como resultado, hemos desarrollado mayores habilidades para tomar decisiones rápidas, pero por otro lado, nos hemos acostumbrado a que todo lo conseguimos con un clic y sin mayor esfuerzo.

Hace ya más de un siglo, en 1908, Nikola Tesla predijo que algún día:

«Sería posible que un empresario dictara instrucciones desde Nueva York y que al instante aparecieran mecanografiadas en sus oficinas de Londres o donde fuera.»

Incluso, se imaginó que existiría un instrumento de precio accesible y tamaño no mayor que un reloj, que haría posible entregar cualquier imagen, carácter, dibujo o texto impreso, de un sitio a otro. Y está pasando.

Lo que preocupa es que la Web se haya convertido en el peor enemigo del pensamiento crítico. Google nos da acceso, con tan sólo un clic, al mayor contenedor de información y conocimiento de todos los tiempos, y se teme que nuestra dependencia de las computadoras, nos lleve a perder la capacidad para pensar por nosotros mismos, y elaborar nuestras propias ideas.

Además, si el usuario no tiene la formación adecuada para distinguir lo que está bien o está erróneo, en la Web, puede acabar desinformado e intoxicado por la charlatanería más irracional. Una víctima de esta paradoja fue el fundador y presidente de Apple, Steve Jobs, quien tras ser diagnosticado con un cáncer de páncreas, no quiso tratarse con medicina tradicional, y optó por una extravagante combinación de acupuntura, dietas vegetarianas, hierbas medicinales, y otros tratamientos alternativos, que encontró en la Web.

El analista crítico de la revolución digital, Nicholas Carr, está convencido de que Internet nos está volviendo cada vez más estúpidos y superficiales, dificultando la concentración del cerebro humano, por culpa del hábito de picotear de hipervínculo en hipervínculo, y formando a personas, incapaces de leer, mucho más allá de los 140 caracteres de un tuit.

Esta teoría, sin duda, es exagerada, Internet, bien utilizado, puede fomentar la creatividad, al permitirnos ir mucho más allá de una educación formal, que sigue basándose demasiado en la memorización de datos, y explorar en los campos que nos interesan, además que, en la actualidad, hay miles de trabajos que están basados en herramientas de Internet, y el ejemplo más claro es este blog.

LO QUE MÁS NOS ARDE

Si bien la Web es una excelente herramienta, en varios aspectos de nuestras vidas, también está el otro lado de la moneda, donde se aprovechan para hacer fraudes, extorsiones y otras situaciones que engañan a las personas; sin mencionar todo ese contenido absurdo como los memes, que aunque nos divierten mucho, perder el tiempo en sólo ver este tipo de contenidos, sin duda no nos hará más inteligentes.

@ElArdidisimo