La fuga de talentos se refiere a individuos altamente calificados, en los cuales el país ha hecho una inversión, la cual se pierde cuando ellos migran a otro país. Nuestro país ocupa el cuarto lugar en el mundo como exportador de cerebros, por debajo de Gran Bretaña, Filipinas e India, de acuerdo con una investigación de la UNAM.
La inseguridad, la escasez de ofertas laborales, los horarios de trabajo y la corrupción, son factores importantes en la fuga de cerebros, pero si agregamos que países como Estados Unidos y Canadá, que cuentan con políticas para la atracción de los mismos, es otro punto importante. Podría aumentar considerablemente el número de mexicanos, en los últimos años, viajando a diferentes países, que apoyan sus investigaciones, según confirman los expertos.
La fuga de talentos en México, podría detenerse si se crearan medidas que ayuden a preservar a todos estos talentos que, por el momento, se encuentran ejerciendo sus investigaciones en diferentes países del mundo, que apoyan y creen que ellos podrían mejorar el desarrollo.
Las universidades, en sus diferentes carreras, debieran proporcionar becas a las ya existentes, aportaciones gubernamentales, patrocinios o apoyos de las empresas, para poder aprovechar a todos estos talentos a desarrollarse en nuestro país.
En México, más de 13 millones de personas viven en Estados Unidos, de los cuales, una gran parte son jóvenes con estudios en materia de tecnología. Y es que, las comparaciones son odiosas; por ejemplo, el sueldo de un ingeniero de Silicon Valley es 20 veces mayor al que recibe un profesional en el mismo puesto, ubicado en México. Y pese a la diferencia entre las cifras, la cuestión es que, sigue habiendo un abismo entre ambos países. Las diferencias entre el costo de vida, que para nada pueden ser comparables, explican esas variables. Además de la presencia, en Silicon Valley, de algunas de las empresas más grandes del mundo, con más oportunidades y posibilidades. Con este panorama, difícil no irse y difícil también competir contra ellos.
LO QUE MÁS NOS ARDE
Es que esta fuga de cerebros y talento, no es más que el reflejo de un gobierno que le interesa un comino el desarrollo de sus jóvenes, y prefiere destinar todo ese dinero, que podría servir para sus proyectos e investigaciones, en pagar salarios millonarios a personas que ni mueven un dedo por nuestro país.