Niños mexicanos en la pobreza

Muchas son las cosas que ocurren en nuestro país, que nos rompen el corazón o nos generan fuertes y arraigados sentimientos de rabia; pero pocos son los que verdaderamente nos tocan en lo más profundo de nuestro ser, como la pobreza.

Es común encontrar en la calle, gente con la ropa deteriorada por el tiempo y el uso, pero sólo volteamos a otro lado con total indiferencia.

Si ya es difícil observar a una persona buscando qué comer, entre la basura, más duro es imaginarse a niños haciendo lo mismo; niños que quizá no podrán recibir la educación que nosotros recibimos, que no reciben juguetes para entretenerse y que su futuro es incierto.

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Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en 2012, 21.2 millones de niños y adolescentes, de entre 0 y 17 años, se encontraban en pobreza y 4.7 millones en pobreza extrema; entendiendo que pobreza significa tener carencias, en lo mínimo necesario para vivir, como alimento. No es secreto para nadie, que muchos de ellos abandonaran sus estudios y pasarán a formar parte del índice del 50% de deserción escolar, que reporta el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

En 2013, 2.5 millones de niños, entre los 5 y 17 años, realizaban alguna actividad económica, es decir, trabajaban y aportaban a su hogar entre el 21% y 50% del ingreso total. Es como si en tu casa tuvieran un ingreso de 10 mil pesos, y tu hermano menor aportara 5 mil pesos.

Niño trabajando vendedor ambulante en la alameda.

Por si fuera poco, como resultado de las medidas tomadas en contra de los vagoneros del metro, vendedores ambulantes han optado por utilizar niños para servir como fuerza laboral, debido a que, por su edad, los policías no pueden ejercer ninguna acción en contra de ellos.

LO QUE MÁS ENCHILA

La indiferencia nos hace no tener interés por solucionar este problema, aunque poco podamos hacer. El gobierno tendría que implementar acciones para lograr que todos esos menores, no tengan la prematura necesidad de trabajar y colaborar con el ingreso de sus hogares, en lugar de eso, podrían enfocarse en disfrutar de la maravillosa etapa de la niñez.

Mientras las siguientes generaciones vean imposible prepararse para su futuro, nuestro desarrollo como nación, seguirá muy por debajo de nuestro potencial.

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@ElArdidisimo

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