Martha Debayle o del resentimiento social

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Martha Debayle, socialité, conductora, modelo, empresaria y una enorme figura pública en México, protagonizó recientemente un escándalo por fumar en una cabina de radio cerrada mientras estaba presente una mujer embarazada. Esa acción le valió una discusión con la standupera Sofía Niño de Rivera, lo que llevó a una guerra de declaraciones y acusaciones, que terminó en una multa de la Secretaria de Gobernación.

Lo interesante del caso no es el error que cometió Debayle, al no poder contener su vicio frente a una mujer embarazada, ni tampoco que Niño de Rivera ganó unos cuantos miles de seguidores al criticar a la primera. Lo realmente curioso es que, este caso destapó el enorme resentimiento social de los mexicanos hacia todo aquello que les representa éxito.

Con eso de las redes sociales, ahora uno puede monitorear perfecto la opinión pública. A Debayle la acusan de creída, diva, reina venida a menos, y un montón de calificativos más, y no sólo por el error que cometió ese día, sino por manejar todo un marketing aspiracional, que pega en el ego de la mayoría de los mexicanos.

Es cierto que «Media Marketing Knowledge Group» (MMK), la empresa que dirige esta mujer, maneja marcas de lujo en todos sus productos, tiendas, mueblerías, ropa, maquillaje, médicos y hospitales, a los que no todo el mundo puede acceder. Sin embargo, hay que aceptar que esa es su tirada y tiene un público que sí la lee, la escucha y la consume, así como existe público para las tiendas populares, las ventas en abonos y las marcas de segunda.

No se trata de defender a Debayle, se trata de aceptar que es una mujer inteligente, que ha sabido crear todo un imperio alrededor de su nombre, y gracias a eso puede darse una vida llena de lujos y salir a presumir en radio nacional, si sus zapatos cuestan cifras con cuatro o cinco ceros, en dólares.

El problema es que todas las críticas hechas a esta mujer, reflejan ardor social; los mexicanos no son capaces de generarse empleos mejores, empresas que los provean, ni tampoco de exigirle a su país que les pague lo que valen. Irónicamente, tampoco aceptan que hay quien sí puede hacerlo; crear un gran negocio de la nada y dedicarse a vivir en el lujo, porque ha trabajado para ello.

Lo que más nos arde

¿Por qué nos arde que nos anuncien una mueblería cuyos productos son exclusivos y de lujo, algo a lo que deberíamos aspirar, pero no nos arde que nos anuncien lavadoras o motonetas provenientes de China, cuyo precio pretenden que paguemos en demasía, por ser a crédito?, ¿preferimos que nos consideren verdaderos parias, proletariado infeliz, a mexicanos en crecimiento?

Martha Debayle no es mexicana, es nicaragüense, pero vino a México desde que era una niña y aquí comenzó su empresa. Hasta ahora no se sabe que esté casada con algún político, y sus ingresos son exclusivos de la publicidad que vende.

¿Por qué nos arde que Martha Debayle se haya hecho millonaria de venderle publicidad a los mexicanos, pero no nos arde que los hijos de Javier Duarte, Enrique Peña Nieto o Felipe Calderón conozcan el planeta entero, con el dinero de impuestos que hacen falta en el país?

Martha Debayle es una diva insoportable, porque tiene con qué serlo, nadie le ha regalado el dinero con el que se viste y con el que viaja, ella se lo forjó y puede presumirlo, si se le da la gana.

@ElArdidisimo

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