Ambulantaje en México, un problema necesario

El ambulantaje es una especie de cáncer que invade a casi todas las ciudades de México. Puestos, lonas, bancos, basura, agua estancada, ratas, gente que estorba, autos estacionados en doble fila, todo eso implica un puesto ambulante en cualquier zona, pues el lugar donde se ubica no suele tener las condiciones para funcionar adecuadamente y es más bien improvisado.

Viéndolo así, el ambulantaje tendría que ser erradicado. Sin embargo, habría que tomar en cuenta que sólo en la Ciudad de México más de dos millones de personas viven de este tipo de comercio y así llevan el sustento a sus hogares.

El comercio ambulante surgió cuando el sector formal dejó de ser atractivo para la mayoría de la población, cuando los empleos se convirtieron en un asunto esclavizante, y cuando la idea de abrir un negocio legal se volvió un tema de imposibles.

Claro que tampoco habría ambulantaje si no hubiera consumidores, pero la costumbre y la facilidad con la que la población accede a este tipo de comercio, ha hecho que parezca normal.

Además de todo, es bien sabido que los puestos ambulantes pasan su cuota de corrupción a policías, ayuntamientos, delegaciones y autoridades administrativas, que cobran por hacer su trabajo y también por no hacerlo.

El ambulantaje es como una especie de tumor, no es posible eliminarlo, pero tampoco tendría que estar ahí, así que sólo lo dejamos ser y preferimos voltear hacia otro lado, cuando empieza a apestar.

Lo que más nos arde

Puede ser que el gobierno se niegue a aceptar y legalizar el comercio informal, pero la realidad es que poco ha hecho por ofrecer mejores y más atractivas opciones de empleo.

El Instituto de Estadística y Geografía (INEGI) calcula que seis de cada diez personas ocupadas en México se encuentran en el sector informal, una cifra en extremo alta, y que habla de cómo la formalidad ha mermado poco a poco la productividad de millones de mexicanos.

@ElArdidisimo

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