Mónica García Villegas, ex directora del Colegio Rébsamen en la Ciudad de México, es una de las personas más mencionadas del último año en este país. Se le acusa de haber construido y dirigido una escuela primaria, que se vino abajo el 19 de septiembre del 2017, durante un sismo de más de 7 grados.
Por aquellos días, la capital de país se vio devastada, sacudida por un desastre de grandes dimensiones y en cuyo apogeo 19 niños atrapados tomaron toda la atención de los medios.
En esa escuela, dirigida por Mónica, murieron 19 niños y varios adultos, sepultados bajo varios pisos de salones de clase. El peritaje dictaminó que no solamente el sismo fue el responsable, también el sobrepeso del edificio, en cuyo techo se construyó un departamento con pisos de mármol, que hizo de las suyas ese día.
García Villegas estuvo prófuga durante casi un año, sin responder a las autoridades mexicanas por la pésima construcción de su escuela y cuyo costo humano, viendo la dimensión del desastre, pudo ser mucho mayor.
Hace unos cuantos días, a un año del sismo, esta mujer decidió dar la cara en una entrevista televisiva para hablar sobre lo sucedido. Hasta ahora no ha revelado su ubicación, pues asegura está buscando la manera de defenderse por las acusaciones que le hacen.
En la entrevista, García Villegas asegura que ella no hizo las modificaciones al edificio por las que, supuestamente, se derrumbó, y acusa que todo es una manipulación del Estado para hacerla quedar como culpable.
Lo que más nos arde
Cierto o no lo que circula en medios, la realidad es que en esa escuela murieron 19 niños y varios maestros, miembros de familias que confiaron en esa institución para educar y resguardar a sus hijos durante el día, sin la menor sospecha de que una negligencia acabaría con sus vidas.
Decenas de testimonios de niños y maestros afirman que las medidas de seguridad del edificio no sirvieron para nada, que la ruta de evacuación fue la primera en venirse a bajo con el movimiento, y que se salvaron aquellos que corrieron, justamente hacia el lado contrario.
A un año de distancia no sirve de mucho encontrar culpables. La directora, la delegación, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y Protección Civil no podrían ir a la cárcel para que 19 niños regresaran a casa. Se trata de errores que sumaron una enorme tragedia.