Ahogado el niño…

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No es tan fácil prevenir una tragedia, sobre todo si en ella interviene la naturaleza, sin embargo, sí hay maneras en que se reducen los riesgos y las pérdidas, cuando hay un sistema que funciona y cada quien hace lo que le toca.

Los mexicanos somos muy dados a tapar el pozo cuando el niño ya se ahogó, o sea que no le damos importancia a las cosas, hasta que ya son irreversibles. Sí, ese asunto de la prevención no se nos da mucho, y la tendencia es a meter la pata constantemente.

Hay mil y un ejemplos para esto, desde aquellas veces en que los ciudadanos denunciaron irregularidades, procesos mal hechos o anomalías, y el gobierno los ignoró, hasta aquellas en que se sumaron la negligencia, la ignorancia y la fatalidad, como un caldo de cultivo para la tragedia.

Es la corrupción que impera en las instituciones públicas, pero también la acostumbrada burocracia mexicana, casada con la flojera y la desidia. Oficinas del gobierno plagadas de burócratas aburridos, gente a la que no le gusta su trabajo y parece que a propósito lo hace mal.

¿Cuántos en México estarán haciendo bien su trabajo, el que sea, en este momento?, ¿y cuántos otros se estarán haciendo de la vista gorda, para no cumplir con lo suyo y esperar la hora de salida?

Los mexicanos no están acostumbrados a ganar dinero por trabajar, su costumbre es cobrar una quincena, por hacer como que trabajan, aunque a la larga eso nos traiga muchos problemas a todos.

Y no se trata de una generalización, pero sí de una tendencia de la actualidad, un mal aprendizaje que estamos legando a generaciones futuras, con todo y el ejemplo de cosas que pudimos evitar y no evitamos.

Claro que para hablar de cumplir con las obligaciones, tendríamos que estar refiriéndonos a otro país, uno donde hasta los funcionarios hagan bien su trabajo y no solamente se hagan los locos, cuando llegue la hora de dar cuentas claras a los ciudadanos.

Lo que más nos arde

Sin importar si son maestros, barrenderos, médicos, policías, políticos o los que sacan copias, todos los que habitan aquí, están en la obligación de hacer bien su trabajo, porque para formar al país, no hay segundas oportunidades o pozos tapados.

@ElArdidisimo

 

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