¿Alguna vez pensaste que los malos son los más listos, porque son los que siempre ganan? Ese sentimiento es natural cuando vives en México y te das cuenta que, en efecto, aquí el crimen es ley y por momentos pareciera más legal ser delincuente a ser ciudadano honesto.
La Encuesta Nacional de Percepción de la Inseguridad Ciudadana en México, reveló, en el año 2016, que casi la mitad de los ciudadanos percibía un notorio aumento en la impunidad de los delitos, además de un crecimiento generalizado de la inseguridad, en prácticamente todo el país.
No sólo da miedo que la delincuencia crezca, da todavía más miedo que el sistema de justicia no haga su trabajo, que las leyes no operen a favor de los ciudadanos y que sea más fácil estar del lado ilegal que ser del lado honrado de la población mexicana.
México es el segundo país con más impunidad en todo el planeta, más del 90% de los delitos cometidos nunca tienen castigo, bajo el pretexto de juicios mal armados, violaciones a los derechos humanos de los delincuentes y toda clase de huecos legales, que le dan ventaja a los criminales.
Claro que mientras la impunidad sea el pan nuestro de cada día, la delincuencia seguirá a la orden del día y no habrá nadie que pueda salvarnos. ¿Cómo temer ser criminal en un país donde la ilegalidad se premia?
Incluso los casos más conocidos de personas que atentaron contra el Estado o robaron cantidades millonarias al erario público, terminaron en perdones absurdos porque “la ley se equivocó” al enjuiciarlos y ahora hay que dejarlos libres, regresarles su dinero y además pedirles disculpas.
Lo que más nos arde
Arde, arde mucho que el sistema legal en México no sea capaz de distinguir entre correcto, incorrecto, justicia y corrupción, y se beneficie constantemente a quienes trabajan por el lado fácil y en contra de los ciudadanos honestos. Así no se puede…