Mucho se temía sobre el aumento del dólar este año, ya que se predecía que los costos de vida, los viajes y la adquisición de insumos para los negocios iban a aumentar, encareciendo el estilo de vida de los mexicanos, pero ¿qué tan cierta fue esta predicción?
En un hecho histórico para el peso mexicano; su cotización contra el dólar estadounidense rebasó ya las 20 unidades por dólar, y esto resulta algo significativo debido a dos motivos, en primer lugar, porque alcanzó este valor nominal, por primera vez desde que el tipo de cambio lo determina su oferta y demanda, o sea desde diciembre de 1994. En segundo lugar, porque la cotización de 20 pesos por dólar representa una barrera psicológica en los mercados.
Hasta el momento, el peso mexicano es la divisa con el peor desempeño frente al dólar estadounidense, en lo que va del año, con una depreciación de poco más de 13 por ciento, por encima incluso del retroceso de 12 por ciento de la libra esterlina tras el Brexit. La pésima cotización de las divisas suele depender fuertemente de la confianza que los inversionistas tienen en las economías nacionales que respaldan a cada divisa. En el caso del peso mexicano, su reciente depreciación (que no es lo mismo que devaluación), responde en parte, y como ha insistido el Banco de México, en su reciente informe trimestral, al entorno económico internacional, es decir, todas las deudas externas que el país ha generado.
Sin embargo, la creciente deuda pública nacional, la crisis del precio del petróleo, los consecuentes recortes para el presupuesto del próximo año, y el bajo crecimiento de las exportaciones, se han traducido en una menor confianza para quienes invierten en México, lo que ha llevado aún más, a la depreciación del peso. Esto parece fortalecer las posibilidades de Donald Trump, de alcanzar la presidencia de los Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, ante las amenazas de modificar la relación comercial y migratoria con nuestro país.
Qué tiempos aquellos del milenio pasado, cuando la paridad del dólar estaba en un dígito, o más reciente aún cuando en mayo de 2011, el dólar todavía estaba en unos muy sanos y alentadores 11.56 pesos, por cada billete verde; en general, el tipo de cambio había estado relativamente estático durante los primeros años de este siglo XXI, sin embargo, en últimas fechas, la alarmante escalada del precio del billete verde, está comenzando a poner nerviosos a propios y extraños, pensar en que nuestro billete de 20 pesos pudiera cambiarse a la par por un billete de un dólar, parecía en aquellos entonces imposible o por lo menos realmente lejano.
LO QUE MÁS NOS ARDE
Es que gracias a la incapacidad de nuestros mandatarios para gobernar y, a su necesidad vital de llenarse los bolsillos de maneras ilícitas, la situación de nuestro país cada vez se encuentra peor, y se refleja no solo en los altos precios de la canasta básica y en la burla que representa el salario mínimo, sino también su falta de capacidad para controlar el valor del peso.