México no es el Tercer Mundo por tener 55 millones de personas en pobreza, o por poseer el ingreso per cápita más bajo del planeta; este país está entre los últimos en desarrollo, porque sus habitantes así se comportan y lo demuestran cada vez que pueden.

El Mundial de Rusia 2018 será siempre recordado porque los mexicanos fueron hasta ese país a demostrar ignorancia, machismo, racismo y estupidez, poniendo a toda su nación en vergüenza frente al resto del mundo.

En un primer caso, un vídeo de hizo viral cuando aficionados mexicanos en la ciudad de Tijuana quemaron una bandera de Alemania, a manera de celebración por el triunfo de México sobre ese país.

La quema de una bandera nacional, por los motivos que sean, es una afrenta muy grave contra otro país, pero además da pena ajena, porque los mexicanos estaban celebrando un triste gol, quizá el primer y único triunfo que celebrarán en todo el mundial de Rusia porque la Selección Mexicana de Fútbol no se caracteriza por su alto nivel deportivo frente a otras selecciones.

Más tarde un aficionado mexicano, luego identificado como el hijo de un político del Partido Acción Nacional (PAN), protagonizó un vídeo viral en el que se le observa tirando de su silla a un ciudadano ruso minusválido.

El junior del PAN lo tiró al suelo, solamente porque pretendía usar una máscara de Andrés Manuel López Obrador; y esa es la clase de gente que mandamos a que nos represente en otras naciones.

Para rematar, Eugenio Derbez, conocido actor y productor de cine mexicano, se coló a un set de televisión en pleno estadio e interrumpió un programa en vivo. Por más aclaraciones de que se trataba de una broma, la seguridad del lugar lo tuvo que sacar cargando, a la fuerza.

Gracias a Derbez, millones de mexicanos dimos otra mala nota más en Rusia.

Ya para rematar, otro vídeo viral mostró a un grupo de mexicanos cargando a una joven rusa mientras le vitoreaban obscenidades y albures.

Claro, en el Tercer Mundo, las mujeres son menos que objetos, simples herramientas del deseo sexual que deben, porque casi las obligan, aguantar que los machos las ofendan verbalmente, cada que tienen ganas.

Y hay montones de ejemplos más, la verdad es que los mexicanos sólo fueron a Rusia a dar vergüenza. Ojalá que solamente por eso este país no fuera invitado a otro mundial, a ver si así sus ciudadanos aprenden a comportarse.

En el mismo contexto ya vienen las elecciones federales, y millones de mexicanos seguro están preguntándose: ¿por qué no tienen un gobierno de Primer Mundo, con políticos honestos, infraestructura de lujo, erario público impecable y cero corrupción?

El chiste se cuenta solo, ciudadanos de tercera tienen un gobierno de tercera y este cuento se acabó.

@ElArdidisimo