Imaginemos un país donde los índices delictivos son de escándalo, se sabe de tráfico de influencias y narcotráfico; una nación donde las mujeres no pueden salir de noche a caminar por las calles, por temor a ser agredidas sexualmente, e incluso asesinadas.
Si creían que hablábamos de México, no es así. Estamos mencionando a Singapur, pero no hoy, sino en 1960.
Con todos esos problemas, tenían que lidiar los singapurenses hace más de 50 años, sin embargo, pudieron superarlo y de formas consideradas, quizá, como primitivas.
¿Cómo lo lograron?
Bueno, no fue una tarea fácil, comenzaron por condenar a muerte a todos los políticos que se vieran envueltos en casos de corrupción o tráfico de influencias, no sin antes tener pruebas claras y suficientes, de que el acusado era culpable.
A los violadores y perpetradores de delitos menores, se les obliga a hacer limpieza de la ciudad con uniformes distintivos, sus caras y juicios son televisados a nivel nacional, e incluso se publican dibujos con sus fechorías.
Con estas simples acciones, que no son de mucho agrado para las comisiones de derechos humanos, Singapur consiguió un cambio en la mentalidad de sus ciudadanos, logró que quien tuviera intenciones de delinquir, se la pensara dos veces; ahora saben a lo que se atienen si, por ejemplo, quieren atacar sexualmente a una mujer.
La impunidad y los malos manejos del gobierno, ya no son tan frecuentes; la Universidad Nacional de Singapur ahora ocupa el lugar 30 dentro de las mejores universidades del mundo, ranking que encabeza la Universidad Nacional Autónoma de México.
LO QUE MÁS ENCHILA
Lo que hace falta en nuestro país, es la verdadera convicción de nuestro gobierno y de la ciudadanía, de que las cosas cambien, de que los delincuentes dejen de ser venerados y canonizados, como el caso de Jesús Malverde.
¿O necesitamos tomar acciones radicales como Singapur? Seguramente nadie estaría de acuerdo en ser exhibido públicamente por cometer un delito. Así que es tiempo de tomar una decisión, ¿tener convicción de cambio o una autoridad dictatorial?