Ubicada al sur de la Ciudad de México, Villa Coapa es, o era, el sueño hecho realidad de la clase media chilanga en constante progreso. Durante los años 60, esta parte de la ciudad, que antes eran haciendas y campos verdes, comenzó a poblarse de nuevas familias, padres jóvenes que formaban hogares y patrimonios prósperos, en un sitio que se presumía sería un paraíso, lleno de vías rápidas, acceso a los mejores centros comerciales, las mejores escuelas y urbanización moderna.
A más de cinco décadas de distancia, a Villa Coapa ya se la comió la ciudad. Ahora ya no está lejos, la mancha urbana llegó mucho más allá de lo que los chilangos pudieron haber imaginado y esta zona, pese a que sigue albergando a la clase media y media alta con aspiraciones a superarse, ya no es la panacea y reproduce los mismos problemas que otros lugares de la CDMX.
Aún así, aquellos que nacimos y crecimos de este lado, miramos con nostalgia cada una de las esquinas coapenses, tenemos recuerdos en sus parques, en las plazas, calles y avenidas, en las que hicimos nuestras vidas.
El 19 de septiembre del 2017 un terremoto sacudió a la Ciudad de México y le cambió el rostro a Villa Coapa, sin que nadie pudiera prevenirlo muchos de estos espacios que dábamos por hecho, simplemente desaparecieron y nos quedó sólo un vacío.
Plazas comerciales, edificios habitacionales y hasta escuelas se vinieron abajo con el temblor o sufrieron daños irreparables. ¿Cómo íbamos a imaginar que el cine al que fuimos toda la vida, hoy simplemente está cerrado, lleno de grietas y a punto de derrumbarse?, ¿y las tiendas?, ¿los comercios, los restaurantes, las esquinas donde dábamos vuelta a diario?
Pasar por avenidas como Miramontes es ver una película de terror hecha realidad. En ese sitio muchos edificios quedaron afectados, y en ellos ya no vive nadie; si caminas por ahí sólo verás ventanas obscuras, plantas muriendo en los balcones, el olvido materializado y la incapacidad de explicar cómo un día, todo lo que vemos puede desaparecer.
El 19S le cambió la cara a Villa Coapa, se llevó la vida y la tranquilidad de muchos habitantes, y nos recordó a todos que no hay nada más real que lo que es efímero; hoy me ves, mañana ya no.
Lo que más nos arde
La CDMX ya no es la misma luego del 19S, sin embargo a Villa Coapa le quedó un hueco, la incertidumbre de lo que podría pasar ahí y la certeza de que no es lo que soñamos, sino una zona tan vulnerable, complicada y sobrepoblada, como el resto de la capital.
Irónicamente, en los últimos años los coapenses habían estado luchando por parar la expansión comercial de este lugar. Demasiados edificios, centros comerciales y estacionamientos ya habían vuelto a Villa Coapa una pesadilla de tránsito interminable e inseguridad. Luego del 19s, todo eso quedó parado, el caos vehicular disminuyó en buena medida, las plazas cerraron sus puertas y mucho del movimiento volvió a ser local.
Fue muy duro lo que pasó, pero quizá Villa Coapa y sus habitantes deberían replantearse la expansión sin sentido que le estaban dando a la zona. Las calles, las plazas y los parques deberían ser para la gente, no para que inmobiliarias y trasnacionales se hagan millonarias, a cambio de la tranquilidad habitacional de muchos.