En el país de los opinólogos

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Cállate, guárdate tu opinión para cuando tengas algo interesante que decir, y no te aproveches de las redes sociales para abrir la boca porque sí. Ese consejo deberían seguirlo millones de “opinólogos” en este país, mexicanos que, a diestra y siniestra, se las dan de expertos, pueden calificar, juzgar y opinar de todos los temas, aunque no tengan ni idea.

Ya de por sí, a los mexicanos nos acusan de habladores, chismosos y boca flojas; desde que Internet nos dio la oportunidad de hacer público lo que pensamos, nos hemos vuelto verdaderos “opinólogos”; tú pregunta, que yo te contesto.

El problema de todo esto es que muchas veces, sin darnos cuenta, hacemos verdaderas cacerías de brujas, linchamientos de palabra. contra quien o quienes nosotros creemos culpables de asuntos que ni siquiera conocemos bien.

Es posible leer cualquier publicación en Internet y los cientos de comentarios, a favor y en contra, que de una u otra manera juzgan la situación, como si de verdad fuera necesario hacer un juicio para valorizar algo. que sólo debería concernir a los involucrados.

Espectáculos, fútbol, religión y hasta la cuestión urbana, todos los mexicanos tienen algo para decir sobre cada tema; no es que no debieran opinar de lo que sucede en su país, es que no tendrían que querer convertir sus pensamientos en un asunto de dominio público.

Ojalá los miles de comentarios que tiene cada noticia publicada en Internet, sirvieran para algo o al menos influyeran, de alguna manera, en el ritmo de las cosas. Si el presidente de México supiera lo que la mayoría de los mexicanos opinan de él, quizá no querría salir de la cama cada mañana.

Al menos en México, la opinión ciudadana, bastante pobre y desinformada, no sirve más que para alimentar egos y morbo, entretener a la audiencia durante los comerciales y hacerle creer que entiende, en algún mínimo sentido, las cosas que suceden a su alrededor.

Lo que más nos arde

Todos los políticos son unos ladrones, los policías unos corruptos, los jóvenes unos inútiles y los sacerdotes unos santos. ¡Deja de opinar!, nadie te preguntó si creías o no que la luna era creación colectiva o Chabelo un abuelito inmortal.

Una opinión real, informada y basada en la congruencia, no necesita emitirse, existe y es útil en los términos en que su emisor la utilice para beneficio propio.

El hecho de que exista un recuadro para que escribas tu opinión no significa, en manera alguna, que tengas idea alguna del tema y menos que seas un experto.

@ElArdidisimo

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