Si regresáramos a los horribles años 80, la película de moda se llamaría «Viaje del terror en Metro, con Pedrito Fernández». ¡Qué miedo!

Explosiones, inundaciones, incendios, asaltos masivos, choques múltiples y todas las escenas de acción imaginables, se llevan a cabo en un sólo escenario: el Metro de la Ciudad de México.

En el año 2014 el costo del boleto del Metro aumentó de tres a cinco pesos por persona, aún cuando la mayoría de los cinco millones de usuarios, que a diario van y vienen por toda la ciudad en este transporte, se opusieron rotundamente por considerar que las condiciones de funcionamiento no ameritaban ese costo.

Ya sabemos que el Metro es barato, lo único que sucede es que los mexicanos están acostumbrados a pagar mucho por servicios que no funcionan o rinden el mínimo.

Si bien el costo del Metro en la Ciudad de México es uno de los más bajos del planeta, la verdad es que subirse es cada vez más un riesgo, por las pésimas condiciones en que funciona, sin contar, además, con personal capacitado y protocolos reales para ayudar a los usuarios en caso de emergencia.

Da mucho miedo pensarlo, pero un transporte con tantos millones de usuarios se está convirtiendo en una auténtica bomba de tiempo, augurio de una tragedia de proporciones enormes que solamente está esperando a suceder.

El presupuesto anual del Metro supera los 12 mil millones de pesos anuales, dinero que debe alcanzar para mantenimiento, salarios, introducción de nuevos trenes y además toda la corrupción, característica de las instituciones públicas en México. Eso quizá explique por qué no se ve reflejado tanto dinero en ningún lado y más bien parece que hace falta más, para poder tapar todos los huecos.

Lo que más nos arde

El Metro, igual que todo México, es un nido de corrupción, caja chica de funcionarios, políticos y hasta líderes sindicales, que hacen de las suyas a costa de millones de usuarios que se ponen en riesgo cada día. A este paso, pronto nos alcanzará una tragedia sin precedentes y entonces nadie se hará cargo, nadie responderá ni habrá culpables suficientes.

@ElArdidisimo