El miércoles 10 de febrero pasado, se registró un motín en el penal de Topo Chico, que se ubica en Monterrey, Nuevo León.  Resultaron muertos 49 reclusos, y otros 12, lesionados, de distinta gravedad.

Se presume que todo comenzó debido a una riña entre pandillas rivales, dentro de la misma penitenciaría. Intereses económicos y sociales son los que convergen dentro de estas instalaciones (de todo el mundo), y es por eso que las peleas y la violencia no es nada del otro mundo.

Distintas versiones apuntan a que el altercado se dio entre Jorge Iván Hernández Cantú, alias «El Credo» y Juan Pedro Salvador Saldívar Farías, «El Z27».

Ambos estaban buscando tener el control del centro penitenciario, que al final de cuentas terminó teniendo «El Credo». Al verse en esta situación, los líderes del «Z27» intentaron escapar, prendiendo fuego al área de comida, y salir en la conmoción.

El fuego causó pánico en los reos del penal, por lo que comenzaron a pelearse entre ellos y a proteger a sus líderes. La Policia Federal, el Ejército Mexicano y la Marina, tuvieron que interceder para calmar las cosas, a eso de la 1:20 de la madrugada.

LO INTERESANTE

Este penal ha llegado a albergar hasta 5 mil 185 reos. Las condiciones de las instalaciones son decadentes. En el año 2013, personal de Derechos Humanos realizó una visita de inspección, y señaló que había varias fallas en todas las áreas del penal, tales como pocos custodios, malas condiciones de higiene, procedimientos inútiles para el ingreso y traslado de presos, sobrepoblación, cámaras de seguridad sin funcionar, etcétera.

A su vez, se especifíca que la sobrepoblación de hombres es de un 55%, y en el área de mujeres es del 56%. En una sola litera (que no cuenta con colchón, solo con el frío concreto), se llegan a acomodar cinco reos, y las celdas no cuentan con ventilación o luz.

LO QUE MÁS ENCHILA

Hallar un culpable en este lamentable hecho es poco objetivo. Varios factores afectan el funcionamiento del sistema penitenciario mexicano, es por eso que las investigaciones se llevan a cabo, pero muchas veces son infructuosas.

Tanto el crimen organizado, como el poder gubernamental son, en parte, responsables de este suceso, en el que las personas pierden la vida, y se despliega, de nueva cuenta, la ineficacia de México y un aspecto relevante de su gobierno.

@ElArdidísimo