Uber ya no es seguro

Uber, la aplicación que transformó el sistema de taxis a nivel mundial y elevó los estándares de calidad en ese servicio, ha estando dando de qué hablar en México, desde hace varios meses.

En principio el problema fue que, pese a la seguridad que se suponía otorgaban estas unidades a sus usuarios, y por la cual pagaban, el crimen logró infiltrarse en el sistema y los delitos en torno a Uber crecieron. Incluso se denunciaron casos de secuestro, asalto y feminicidios, en diferentes ciudades de México, a pesar de que la aplicación afirmaba tener todos los datos de los choferes y la ubicación de las unidades en servicio.

Más recientemente, Uber México publicó una actualización de sus políticas, en la cual anunció que no se hará responsable de la seguridad de los usuarios. Tal como suena, declara que cada persona que aborde una unidad es responsable de su propia integridad, mientras la empresa únicamente se dedica a regentear los vehículos a través de la aplicación, y los dueños son quienes deberían estar al tanto de quiénes son sus choferes.

Sucede que simplemente a la empresa ya no le convino meterse en las profundidades de tratar de resolver la inseguridad en México; el sistema está tan podrido, que fue más fácil deslindarse y dedicarse a cobrar.

Lo que más nos arde

Uber, igual que otras aplicaciones de transporte, cobra un precio extra respecto a lo que cobran los servicios tradicionales. La pregunta entonces es: ¿qué sentido tiene pagar un extra, si abordar un auto de estos es igual de peligroso que abordar un taxi libre o un camión?

La verdad es que en México no hay manera alguna de garantizar la seguridad de los ciudadanos, en donde quiera que estén, pueden ser víctimas del delito, sin que nadie ponga un alto o haga valer las leyes. Apps como Uber, que en otros países han sido vanguardia, aquí son solamente una vía más para que los criminales hagan de las suyas.

@ElArdidisimo

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