Tres años en prisión bastaron para que Nestora Salgado saliera en libertad. Esta mujer, que es una activista social del estado de Guerrero que, a su vez, pertenece a la policía comunitaria del estado, fue puesta en libertad la semana pasada, el 18 de marzo de 2016.

A Nestora se le imputaban más de 50 cargos de secuestro, los cuáles jamás fueron comprobados. Su caso llevó a organizaciones sociales, activistas, y hasta a miembros de la política mexicana (como el mismo gobernador interino de Guerrero, Rogelio Ortega), a pedir que se le anulara el proceso penal, ya que existían muchas irregularidades.

«La Comandanta» fue aprehesada y recluída en agosto del año 2013, bajo los cargos de secuestro. Poco después, se le anexaron los delitos de robo y secuestro.

No se le permitió ver a su abogado ni a sus familiares, por dos meses. A su vez, una de las irregularidades del caso es que, siendo detenida por militares, en su expediente se dice que fue la policía municipal la que logró el arresto.

Inclusive, es dado a conocer que, durante todo el proceso que se manejó, ninguna de las personas, a las que supuestamente secuestró, se presentó en el juzgado para ratificar lo que sucedió.

LO MAS INTERESANTE

Debido a que ninguna «víctima» se presentó a declarar, un tribunal federal declaró nulas las acusaciones por secuestro, pero las de homicidio siguen vigentes.

Salgado comenta que ella se encontraba a cientos de kilómetros del lugar en donde se «cometieron los crímenes», en la ciudad de Tixtla.

«No hay pruebas contundentes para que me tengan aquí», mencionó desde una habitación del hospital del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan, en donde se encuentra haciéndose pruebas médicas.

LO QUE MÁS ENCHILA

Este es otro de los miles de casos de personas que han sido encarceladas, a través de los años, por un sistema judicial defectuoso, corrupto y prepotente. Uno que no cuenta con la preparación y la educación necesaria, para ejercer el estado de derecho que México necesita.

Nestora asegura que fue detenida, porque su grupo de la policía comunitaria afectaba a los intereses de varios políticos del estado. Uno diría que eso no sucede, pero en México, las mayores injusticias han sucedido y seguirán sucediendo, mientras no se halle una solución a la raíz de los problemas: la educación.

@ElArdidísimo