México: riqueza vs. desarrollo

México, pese a lo que sus habitantes puedan pensar, no es un país pobre. Aquí vive uno de los hombres más ricos del planeta, Carlos Slim, cuya fortuna asciende a 50 mil millones de dólares, distribuidos en distintos negocios como hoteles, aseguradoras, bancos, cadenas comerciales, telecomunicaciones, museos, fundaciones y muchos más.

En este país se mueven miles de negocios que generan riqueza a montones, los ciudadanos pagan los impuestos más altos y absurdos de todo el mundo, vienen a invertir las trasnacionales más grandes, ponen fábricas, tiendas, generan empleos, hacen dinámica económica; entonces, ¿por qué cuando México se compara con otros países, parece de los más pobres entre los pobres?, ¿dónde está el dinero?

Igual que en la Edad Media europea, cuando los reyes y nobles tenían tanta ignorancia como monedas de oro, en México el dinero en realidad no ha servido para educar a nadie, menos para dar de comer, vestir u otorgar vidas dignas.

Y es que sumar muchos billetes no genera desarrollo, para eso se necesitan intención, convicción y servidores públicos, cuyo conocimiento vaya mucho más allá de la burocracia que mueve al país.

El concepto amplio de desarrollo de una nación, no tiene tanto que ver con las reservas económicas o el Producto Interno Bruto (PIB), sino más bien con la forma en que éstos se ven reflejados en la vida de los ciudadanos. Entonces, para que un país sea desarrollado se necesita que los habitantes tengan calidad de vida, servicios públicos eficientes, acceso a la educación y a la salud, justicia, seguridad, empleos bien remunerados, buen nivel adquisitivo, acceso a créditos bancarios y bienestar generalizado.

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Por desgracia, en México se han equivocado las políticas públicas desde hace más de 50 décadas, dándole prioridad a cuestiones como la inversión extranjera y la macroeconomía, sin aterrizar nunca en la vida de las personas, que en su mayoría carecen de posibilidades de desarrollo intelectual y social, porque el mismo sistema está construido para negárselas.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en México más del 30% de la población habita en lugares donde el desarrollo humano es bajo y casi nulo, es decir, los servicios educativos y de salud son deficientes, sumado eso a que los ingresos de los habitantes, están por debajo del nivel adquisitivo mínimo, para cubrir las necesidades básicas.

Es así que un buen porcentaje de mexicanos tiene negada toda posibilidad de desarrollo, mientras no se mueva hacia ciudades grandes las que, por esa misma razón, ya están saturadas y comienzan a colapsar, con servicios que están dejando de ser suficientes, para atender a tantas personas.

Y se vuelve una especie de círculo vicioso; zonas rurales abandonadas, grandes ciudades saturadas y enormes cinturones de pobreza urbanos, donde la vida se va construyendo sin sentido, sin mapa y al aventón.

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LO QUE MÁS NOS ARDE

Todo esto es la explicación de por qué México es un país rico, en donde casi la mitad de la población vive en condiciones de pobreza, con ingresos menores a 2 mil 500 pesos mensuales, y en las peores condiciones que, por supuesto, limitan sus posibilidades de progreso.

La riqueza y el desarrollo en el país no corren al mismo tiempo, la distribución del dinero en relación a la población es inequitativa, y privilegia que unos cuantos crezcan por encima de otros, que se van quedando en el rezago.

Hoy el sistema económico no le responde a los mexicanos, aunque en realidad nunca en la historia ha sido capaz de dar una respuesta a su precaria y longeva situación.

@ElArdidisimo

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