La semana pasada se reportaba un tiroteo en el hotel Regency de Dublín, Irlanda. Se estaba llevando a cabo un pesaje para una pelea entre boxeadores, cuando dos personas comenzaron un tiroteo, en el que resultaron heridas tres personas, entre ellos el pistolero, que fue abatido.
Las autoridades siguen investigando las causas de este incidente, y deslindarán responsabilidades a las personas involucradas. No se cree que haya sido un atentado terrorista, sino un altercado entre personas, que terminó en el evento deportivo.
Cada año, mil personas mueren en la Unión Europea a causa de la violencia con armas. Si bien las autoridades trabajan arduamente, para confiscar el armamento ilegal en Europa, la lucha contra la delincuencia es complicada, ya que cada año se producen cerca de dos millones de armas de fuego pequeñas.¹
Europa tiene una política restrictiva, con respecto al permiso y portación de armas de fuego. Está prohibido tener armas automáticas, camuflajeadas y/o con municiones perforantes.
Sin embargo, los diversos países que conforman a esta región, cuentan con diferentes legislaciones acerca de qué tipo de armas pueden venderse, quién las puede comprar, de qué manera conseguirlas, y sobre qué suceso o circunstancia está permitido su uso.
La variación de este tema nos lleva a concluir que, cada semana, nos llegan noticias de actos deplorables en diversas partes del mundo. La gran mayoría cometidos con armas de fuego, ya sea legales o ilegales. Es evidente que el uso de dichos objetos, son RESPONSABILIDAD de quien los maneja, o sea, no es culpa de las armas de fuego, sino de quien las maniobra.
Es de ardidos 