Los conflictos bélicos nos acompañan desde el principio de nuestra historia como animales con raciocinio y hace más de medio siglo que una guerra no cobraba tanta importancia a nivel mundial, sin embargo, el 24 de febrero del 2022 tropas rusas invadían las tierras ucranianas, desatando una guerra, que tiene otra vez como protagonista a la gran potencia euroasiática, que ha participado en los mayores conflictos bélicos ocurridos en la edad contemporánea.
Este conflicto comenzó por un conflicto de intereses, principalmente para tomar control de los territorios rebeldes que pertenecen a Ucrania por parte de Rusia, y es que, el país caracterizado por tener hombres que enfrentan a osos tiene un fuerte lazo con Ucrania, incluso considerando que son un mismo pueblo separado por un forzado cambio de identidad por parte de occidente.
En algún punto de su historia, Rusia y Ucrania formaban parte de los territorios de la antigua Unión Soviética, fue en su disolución que Ucrania miró con ojos seductores a los miembros pertenecientes a la OTAN, queriendo pertenecer a este grupo, mientras que Rusia, por cuestiones nacionalistas y por evidentes beneficios propios, se fue apropiando de ciudades que se encontraban en crisis políticas y en guerras civiles.

Todo conflicto genera consecuencias, y este caso no es la excepción, aunque no es una guerra mundial, sus implicaciones han llegado a afectar a prácticamente todos los países de alguna u otra forma, si sumamos las afectaciones que ya había sufrido todo el mundo con la pandemia por COVID-19, esta guerra vino a poner la cereza sobre el pastel, generando un aumento en la inflación que ha dejado en crisis a todos.
Las consecuencias no son solo económicas, claro, la guerra deja a su paso hambre, violencia, miedo y pérdidas, sobre todo para los habitantes de los países implicados, que tienen que observar como su vida cotidiana se destruye y se convierte en un infierno solo por intereses políticos.
Lamentablemente, es difícil que los ciudadanos de estos dos países puedan escapar, varios de jóvenes rusos se han dado a la fuga por su negativa a participar en esta guerra, por tal motivo, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha decidido que las consecuencias penales por estos actos sean más severas, llegando a tener penas de prisión de hasta 10 años.

Lo que más nos arde…
La guerra no cambia nunca y sus consecuencias siempre serán devastadoras para todo el mundo, no hay beneficio en los conflictos bélicos, pero el hambre de poder corrompe a cualquiera, llegando al punto en el que el dialogo no es suficiente.
La humanidad ya ha atestiguado la primera y la segunda guerra mundial, se crearon organismo con la intención de asegurar la paz, pero pareciera que solo se quedan como simples espectadores aportando pequeñas “ayudas”, mientras que a muchas personas les toca vivir un infierno en carne propia por razones que no tienen el suficiente peso para justificar esta atrocidad.