Los viajes en avión son cada vez más frecuentes debido a su utilidad en el ahorro de tiempo y comodidad a la hora de trasladarse largas distancias, es por eso que es de suma importancia que las ciudades cuenten con aeropuertos de buena calidad.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, mencionó que México cuenta con el mejor aeropuerto de toda América Latina y además es completamente nuevo. Se refería al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, ubicado a 50 kilómetros al norte de la Ciudad de México.
Es cierto que la capital de la República Mexicana se encuentra siempre en sus limites de capacidad, debido al enorme flujo de personas que habitan y transitan por la ciudad, es por eso que el único aeropuerto con el que se contaba, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, también tenía problemas de saturación.
Un segundo aeropuerto se tuvo en mente desde hace dos décadas atrás, en el sexenio del entonces presidente, Vicente Fox, quien no pudo desarrollar el proyecto debido a problemas de planificación y acuerdos.
No fue hasta el mandato de López Obrador que la obra aeroportuaria se concluiría, después de varios problemas y decisiones controvertidas, desde la cancelación Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que ya se encontraba con un avance del 30 %, por ser considerado un proyecto al que se destinarían demasiados recursos públicos.
Con la austeridad como eje principal, el AIFA fue construido, pero ¿realmente es el mejor aeropuerto de América Latina?, para nada, de hecho, la consultoría británica Skytrax, revelaría que ningún aeropuerto mexicano se encontró entre los 10 mejores de la región este año.
Lo que más nos arde…
El presidente López Obrador ha defendido con mentiras todas sus obras insignias, en el caso del AIFA, mencionar que es el mejor aeropuerto de toda Latinoamérica es hasta risible, teniendo en cuenta que todos los ciudadanos están conscientes, principalmente de dos problemas: La ubicación del aeropuerto y el mal manejo con la programación de vuelos.
Las decisiones que se tomaron en la creación de este segundo aeropuerto terminaron concluyendo en una obra simplona que no aporta nada más a la industria y con muchas dificultades aporta al problema de saturación que enfrenta el AICM.
Es de ardidos 