Sólo en enero de 2022 fueron asesinados tres periodistas en territorio mexicano, sin que el gobierno haga algo contra la corrupción y la falta de Estado que les cuesta la vida.
El periodismo en México se ha convertido en una profesión de riesgo, ya que escribir sobre ciertos temas, como la corrupción, ha sido motivo suficiente para recibir insultos, agresiones, amenazas, e incluso la muerte, para silenciarles por completo.
En lo que va del año 2022, han asesinado a sangre fría a un periodista por semana: José Luis Gamboa, Margarito Martínez Esquivel y Lourdes Maldonado. Lo cual resulta muy alarmante para la libertad de expresión en el país.
En el norte de México, los reporteros corren más riesgo, ya que fue en Tijuana donde asesinaron a balazos a dos de estos tres periodistas (Margarito Martínez y Lourdes Maldonado), muy cerca de sus domicilios y en sus propios carros.
Durante años se ha hablado de la necesidad de protección a los periodistas ante las múltiples agresiones verbales y físicas que han recibido muchos de ellos, y aunque existen asociaciones como el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas y La Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), estos esfuerzos no han sido suficientes para proteger sus vidas.
El caso más reciente fue el de la periodista Lourdes, quien en 2019 ya había solicitado apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador por el miedo que sentía ante una situación laboral que enfrentaba con la empresa PSN del exgobernador Jaime Bonilla, expresando que incluso, sentía miedo por su vida. Y ante esto, él pidió públicamente al Coordinador de Comunicación Social que apoyara a Maldonado para que su proceso fuera con apego a la ley.
Lo que más nos arde
Lo último que se sabe del caso es que la empresa PSN fue embargada, ya que Maldonado ganó el juicio laboral por 500 mil pesos que tenía con esta el 19 de enero, pero, tan sólo 4 días después de este fallo, la periodista fue asesinada.
Se exige que el gobierno proteja más a los periodistas y que deje de haber impunidad en los casos, porque, sencillamente, sin libertad de expresión no tenemos nada.
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