Más de 24 millones de mexicanas viven en condiciones de pobreza, lo que se agudiza con la violencia, el machismo, la discriminación y las dificultades que ellas padecen para acceder a mejores condiciones de vida.
Son las mujeres quienes históricamente han recibido discriminación y se enfrentan a una constante desigualdad de oportunidades para desarrollarse, debido a una cultura machista, en la que se prioriza a los hombres y se les limita y violenta cotidianamente.
Los roles sociales que han sido asignados de manera intrínseca a las mujeres, como la responsabilidad de cuidar a los hijos y hacer los quehaceres de la casa, las ponen en desventaja en el mercado laboral; que además, les ofrece un salario significativamente menor que el que recibiría un hombre por el mismo trabajo.
Las mexicanas invierten gran parte de su tiempo en esas labores no remuneradas, además de tener un trabajo para solventar sus gastos, dejando poco espacio para su esparcimiento personal; siendo juzgadas socialmente por cada una de sus decisiones personales.
En México, la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 13%, es decir, por cada 100 pesos que recibe un hombre en promedio por su trabajo al mes, una mujer recibe 87. Y, de acuerdo con el Coneval, 24.6 millones de mexicanas se encuentran en situación de pobreza multidimensional.
Las expertas coinciden en que es necesario que se incrementen las acciones para eliminar barreras que impidan el acceso financiero y laboral a las mujeres, y con ello, construir un camino más firme para que tengan una independencia económica.
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