La clase alta de México es responsable de más de la mitad de la contaminación en el país, mientras el resto de los pobres viven con las consecuencias.
Aunque la riqueza del país se concentra en un porcentaje muy reducido de la población, un 1%, son ellos quienes contaminan más. Se estima que superaran por 44 veces la cantidad de contaminantes que despide el 50% de la población del país; según el Reporte mundial sobre la desigualdad 2022.
Dado que la clase media y baja emiten 1.9 toneladas de dióxido de carbono, mientras que los que concentran la mayor parte de la riqueza, despiden 83.7 toneladas.
A pesar de que durante años se ha buscado que haya más concientización ambiental, son los ricos quienes no se dan cuenta del impacto que dejan al medio ambiente al estar dentro sumergidos en una realidad privilegiada, sin considerar al resto de personas.
La mayoría de la población ha crecido con carencias o limitaciones que le han permitido hacer más conciencia de sus desperdicios. Desde muy pequeños se fomenta una cultura del reciclaje y, sobre todo, de aprovechar los recursos al máximo para evitar el desperdicio.
Mientras, aquellos que han estado en un lugar más privilegiado, rodeados de riqueza, tiene una visión del mundo diferente, en el que, de alguna manera, no ven límites en los recursos e incluso, culturalmente, para ellos está bien aceptado demostrar opulencia a través del derroche o desperdicio.
Lo que más nos arde
Es preocupante que existan estos niveles de contaminación por parte de un segmento de la población tan reducido, ya que en ellos se concentra un poder económico y social que podría realmente cambiar la situación ambiental.
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