Los usuarios de transporte están tan cansados de los asaltos y de que las autoridades no hagan nada, que mejor optan por comprar celulares falsos para darlos a los ladrones, en lugar de perder los suyos.
En la actualidad los teléfonos celulares se han convertido en un instrumento importante para el desarrollo de nuestras actividades escolares, sociales y laborales diarias, por lo que perderlo implica un gasto que va por encima del salario promedio de un mexicano y se convierte en un gran problema que se debe resolver rápidamente.
En México, la situación de violencia e inseguridad es alarmante, los asaltos en el transporte público se han convertido en parte de nuestra cotidianeidad, por lo que, al no haber soluciones, muchas personas comenzaron a portar celulares que lucen como reales pero que sólo sirven para entregar algo a los delincuentes y así evitar agresiones personales.
Además de que estos celulares falsos, que antes se utilizaban para exhibir los modelos existentes en las tiendas, se han convertido en una oportunidad de negocio para los comerciantes del centro histórico, quienes los promocionan como teléfonos para asaltos.
¿Por qué las personas no denuncian?
En el imaginario colectivo, prevalece la idea de que denunciar es una pérdida de tiempo. Una gran parte de la población vive al día, tiene horarios laborales extenuantes y sus tiempos de traslado son prolongados en la ciudad, por lo que prefieren dejar estos eventos y volver ahorrar o sacar algún crédito para reponer sus bienes materiales, por lo que estos celulares dummies, se convierten en una inversión.
Sin duda aún hay muchos cambios que se deben de hacer en los procesos de denuncia para que más personas se animen a realizarlas. Pero mientras ¿Quién no prefiere gastar de 200 a 400 pesos a comprar un celular nuevo?
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