América Latina nunca ha sido el mejor ejemplo de potencia económica, es más, desde siempre la ONU ha tratado de otorgar programas para el desarrollo de las economías de los diferentes países que la conforman, sin que estos programas tengan un éxito del todo. Pero si bien nuestras economías no son las mejores, sí han llegado a tener estabilidad, misma que debido a la pandemia se rompió por completo.
Si la crisis sanitaria le pegó a países desarrollados como E. U. ¿Qué podíamos esperar para los países de América Latina?
Según los economistas, la recuperación de LATAM se ve que va lenta y creo que ya todos hemos empezado a sentir los estragos de la recesión económica y de la inflación: “El precio del gas que usamos para cocinar está subiendo a diario. También productos como el aguacate, los limones, la carne, las tortillas, cuenta Ruth Montoya, una mexicana que trabaja en una empresa de preparación de alimentos para comedores industriales”. Así empieza el artículo de la BBC en el cual además pronostica la tendencia a la alza de la inflación en todo el mundo. Dentro del mismo artículo se menciona que los Banco Centrales como respuesta a la inflación subieron la tasa de interés, y como ciudadano normal te preguntarás ¿por qué hacen esto? y ¿qué significa?

Para empezar hagamos un breve repaso de economía para principiantes. La inflación es el aumento progresivo y sostenido del precio de TODOS los productos, servicios y bienes en un país. Este incremento genera que el dinero valga menos y por lo tanto que el poder adquisitivo de las personas baje, sin embargo para el sistema, la inflación es necesaria e incluso se regula; por ejemplo, en los países económicamente estables normalmente debe andar entre el 2% y 3%, de lo contrario se provocaría una deflación, lo que es igual de malo para la economía que una inflación excesiva.
Ahora bien, después de la recesión del 2020 y de la tendencia inflacionaria los economistas dicen que es necesario que los Bancos Centrales suban su tasa de interés para generar estabilidad económica.
Según un artículo de El Financiero: “una tasa de interés más alta reduce la demanda agregada, desincentivando la inversión y el consumo y promoviendo el ahorro de las personas. Con ello, se limita la cantidad de dinero disponible en la economía y se previene una alta inflación… el alza en la tasa referencial [de los bancos centrales] también se refleja en un incremento en los costos del crédito, como los hipotecarios y los automotrices, y en los intereses que cobran en las tarjetas de crédito…».
Todo esto significa que al subir la tasa, en primer lugar, se desmotiva a las personas a consumir, por lo que la baja demanda en productos, servicios y bienes provocará que los precios no suban en exceso, creando cierta estabilidad; y en segundo lugar, al incrementar los intereses de los bancos, las ganancias también suben, lo que resulta atractivo para los inversionistas tanto nacionales como extranjeros.
Otro de los beneficios es que las deudas que se tienen a tasa fija son más rápidas de liquidar, pues la inflación provoca el aumento de los salarios.
Lo que más nos arde
¿Así de simple? Pues así de simple no, pero es una manera sencilla de exponerlo para que la próxima vez que veas noticias sobre inflación y el crecimiento en la tasa de interés no te espantes… tanto. De nada.