La crisis económica le está pegando a la gastronomía mexicana y muchos platillos que eran tradicionales, hoy se dejan de lado por su alto costo.
En los últimos meses hemos visto un acelerado incremento del precio de la carne de pollo y sus derivados, a raíz de la pandemia por COVID 19, pero no nos imaginamos cómo repercute en nuestra alimentación cotidiana, ya que hay productos básicos que también incrementaron.
En 2020 productos de la canasta básica como las tortillas y el aceite también aumentaron de precio, lo cual ha modificado por completo el consumo de platillos como los tacos dorados. El precio de la pechuga de pollo aumentó en un 11.6%, el del aceite de 6.25% y las tortillas un 5.69%.
Ahora es menos accesible para los mexicanos comer tacos dorados o chilaquiles, sobre todo porque el precio del jitomate para preparar la salsa que los acompaña, también tuvo un aumento considerable del 18.84%, el chile serrano del 25.13% y el aguacate del 29%.
Otro de nuestros platillos nacionales afectado por la inflación fue el taco de bistec, ya que el precio de la carne de res tuvo un incremento del 8.2%. Y aquellas personas que deseen preparar menudo de res o pancita, tendrían que pagar entre 60 y 100 pesos por kilogramo. Esto reduce las opciones en la dieta de una gran parte de la población o limita su consumo.
¿Por qué está sucediendo esto? Se estima que el precio del pollo haya tenido este incremento debido a la demanda del producto para el consumo cotidiano de las familias al enfrentarnos a un tema de salud, por lo que en los próximos meses podría bajar de precio. Esperemos que Banxico analice la situación y controle la inflación acelerada de estos alimentos, ya que forman parte de la dieta cotidiana de la sociedad mexicana.
Fuentes:
https://www.milenio.com/negocios/incremento-en-precio-de-pollo-se-debe-a-una-mayor-demanda-expertos
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