Socavones, ineptitud e indiferencia

Seguro has escuchado sobre el enorme socavón aparecido este sábado en el municipio de Juan C. Bonilla en el estado de Puebla y que, de manera sorprendentemente rápida, aumentó de tamaño —pasó de medir 5 a 60 metros en sólo dos días—. Sin embargo, este hecho no es nuevo, puesto que en los últimos años se han registrado fenómenos de este tipo, algunos de los cuales te presentamos a continuación:

  1. La madrugada del 31 de agosto de 2017, entre las calles Humboldt y Colón de la colonia Centro de la Ciudad de México, apareció un socavón de 20 metros de largo y 10 más de profundidad. Aunque no se registraron heridos o daños materiales, esta abertura llamó la atención por su tamaño.
  • Días más tarde otro fenómeno similar ocurrió sobre Eje 8 Popocatépetl y la calle San Felipe, dentro de la colonia Santa Cruz Atoyac, en la Ciudad de México. En esta ocasión, la oquedad afectó los inmuebles aledaños; además, un automovilista se vio afectado al caer dentro.
  • Provocado por una fuga de agua ese mismo mes, otro socavón apareció en la Calle 10 y Central, dentro de la alcaldía de Álvaro Obregón, en donde, por si fuera poco, cayó un taxista.
  • Un año más tarde, un tráiler cayó dentro de un socavón ubicado entre las avenidas Oceanía y Calzada del Peñón 355, en la entonces delegación Venustiano Carranza. Su extensión era de 480 metros cuadrados y fue provocado por una fuga de agua gracias a la fractura de la red secundaria de agua potable. En esta ocasión, afortunadamente, no se reportaron lesionados.
  • En la madrugada del 12 de julio de 2019, apareció un socavón sobre la avenida Manuel Ávila Camacho, ubicada en la colonia El Chamizal dentro del municipio de Ecatepec. A pesar de no poseer una gran extensión —5 metros de diámetro aproximadamente por tres de profundidad—, este socavón provocó un accidente a un camión pues aunque la cabina no se vio afectada, las llantas delanteras cayeron dentro haciendo que prácticamente toda la carga se viniera abajo.

¿Por qué se forma un socavón? Estos fenómenos ocurren gracias a la erosión paulatina del subsuelo provocada por la ruptura de los ductos. Esto señala que, aunque parecieran eventos accidentales, en realidad son consecuencia de la indiferencia e ineptitud de las autoridades debido a la desatención del sistema de tuberías.

Bajo la consigna de que no hay que atender aquello que no puede verse, los gobiernos locales y federales han ignorado por décadas el problema del drenaje. Como ejemplo cabe mencionar que el socavón ocurrido sobre Eje 8 antes referido ocurrió en el mismo sitio en donde tres años antes —en 2014— se presentó el mismo fenómeno, lo cual quiere decir que su reparación fue, cuando menos, insuficiente.

Si bien hasta ahora no se han registrado pérdidas humanas, lesionados o daños importantes a viviendas e infraestructura, el riesgo de que esto ocurra debido a la desatención del sistema a hidráulico no desaparece, y los socavones son sólo un pequeño —acaso inocente— recordatorio de lo que podría ocurrir si las autoridades deciden seguir mirando con indiferencia un problema de semejante urgencia.

Fuentes:

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