El gobierno mexicano pretende aumentar 7% el impuesto a los servicios de streaming, mismo que sería pagado directo por los consumidores. Además, las empresas que ofrezcan este tipo de servicios deberán contar con un domicilio fiscal en México.
La propuesta de establecer un 7% de impuestos a las empresas que ofrecen servicios de streaming provino del grupo parlamentario de MORENA en la Cámara de Diputados. La justificación de esta propuesta es aumentar el caudal de ingresos para el Estado, además de que este tipo de regulaciones se está haciendo en otras naciones de la OCDE.

El nuevo impuesto tiene como objetivo, según las voces de MORENA, asegurar los derechos de los consumidores. Si empresas como NETFLIX, Apple Tv o Disney + cuentan con un domicilio fiscal en territorio nacional, los consumidores tendrán la posibilidad de presentar quejas concretas frente a las autoridades.
La propuesta menciona que las empresas que decidan no establecer un domicilio fiscal en México, deberán pagar el 15 % de impuestos. Se aplicará de manera impositiva este aumento con el fin de obligar a estos prestadores de servicio a establecer un domicilio en territorio nacional.
La iniciativa fue presentada por la legisladora morenista Reyna Celeste Ascencio, quien también propuso que las entidades financieras deberán cooperar para asegurar el pago de este nuevo impuesto. Los servicios de Streaming, en la mayoría de los casos, se pagan a través de tarjetas de crédito y débito, las entidades financieras estarán obligadas a retener el importe correspondiente al impuesto para así asegurar su pago.
La legisladora aseguró que la finalidad de este impuesto es ampliar las fuentes de ingresos del Estado en un momento de necesidad, además aseguró que el 40% de lo recaudado se destinará a programas de cobertura social en telecomunicaciones de comunidades rurales e indígenas apartadas.

Argumenta la legisladora morenista que es justa la contribución de las empresas tecnológicas al erario público. En estos tiempos el consumo digital de los mexicanos aumentó, las plataformas han engrosado sus ingresos y al tratarse de empresas extranjeras, no existe una derrama económica en el país.
Existió una regulación en 2019, que aprobó la tasa de ISR a vendedores digitales, y a conductores por aplicación. Lo único que provocó esta modificación fue el encarecimiento de estos servicios. En ese momento, algunas plataformas de streaming aumentaron su costo un 16% con el temor de verse afectados por un impuesto similar.
Parece que hoy el impuesto a las empresas de streaming puede volverse realidad. La propuesta no se consolida aún en ninguna de las dos cámaras, pero lo más seguro es que estos prestadores de servicio aumentarán el costo del servicio, para amortiguar el pago del impuesto.
Finalmente sólo afectará a los usuarios, quienes terminarán pagando más por estos servicios. Serán los usuarios los que abonen ese 7 o 15% a las arcas del gobierno, un gobierno de austeridad, por cierto.
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