Siguen sin derechos las trabajadoras del hogar

En México 2.3 millones de personas se dedican al trabajo del hogar, de las cuales el 91% son mujeres. Las empleadas domésticas históricamente han vivido una negación estructural de sus derechos en cuanto que, desde hace muy poco, su labor no ameritaba un contrato o su inscripción al Seguro Social.

Las vidas de las trabajadoras del hogar son, por lo general, extremadamente difíciles. Un gran parte son madres e incluso el sustento del hogar, el 51% vive en situación de pobreza y corre riesgo de desnutrición.

En promedio una trabajadora del hogar gana 3 mil 295 pesos al mes.

No sólo el sueldo es bajo, sino que carecen de cualquier prestación laboral, en parte debido a la idea que se tiene de que no es un trabajo complicado o que las mujeres naturalmente deben dedicarse al hogar. Incluso existe un estigma cultural cuando se usan palabras como “chacha”, “sirvienta” o “mi muchacha”.

Si una empleada del hogar se enferma o pierde su trabajo no tiene muchas opciones para asegurar su subsistencia. Primero, es casi un hecho que debido a su bajo sueldo no tendrá ahorros para solventar sus gastos y por otra parte al no haber contratos formales no puede recibir una liquidación, préstamo o incluso asistencia médica gratuita.

Esta situación se ha complicado más durante la pandemia, puesto que muchas familias que pagaban por sus servicios han preferido suspender sus actividades debido al riesgo de contagio. Una vez más, las empleadas domésticas quedaron a la deriva al no haber contrato legal que les asegure sus derechos laborales.

Además, aún trabajando corren el riesgo de contagiarse por los traslados, que más de la veces son realmente largos y en transporte público. No sólo eso, muchas de estas mujeres siguen trabajando a pesar de tener una edad avanzada, lo cual acarrea el riesgo de comorbilidad.

En 2019 se inició el programa de inscripción al Seguro Social para trabajadoras del hogar, el cual tiene por objetivo asegurar los derechos laborales fundamentales para estas mujeres: contrato, salario justo, vacaciones, aguinaldo y seguro, cosas que a pesar de ser básicas, muchos empleadores no consideran necesarias para su empleadas.

A pesar de la iniciativa, hasta el día de hoy sólo el 1% de las trabajadoras del hogar han sido inscritas al Seguro Social, lo que nos habla de que la infravaloración del trabajo de estas mujeres sigue permeando en el país.

Lo que más nos arde

La negación de los derechos laborales a empleadas domésticas parece ser algo estructural, es decir, es una práctica común y aceptada, pues su labor no existe más que en lo privado, en los contratos a la palabra, donde nadie las vea.

@ESDEARDIDOS

Fuentes:

La Jornada

Animal Político

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