La educación debería combatir la desigualdad

Además de ser un derecho humano fundamental, la educación es requisito necesario para que las personas puedan construir un futuro digno; una sociedad educada será una sociedad libre.

La labor educativa requiere de mucho compromiso. A pesar de no ser la profesión mejor pagada, la docencia es una las actividades que más preparación y dedicación requiere, gran parte del éxito y proyecto de vida de los alumnos está en manos de sus profesores.

Por eso es desalentador el reciente caso de una maestra de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, quien demeritó a uno de sus alumnos por estar tomando clase desde un café internet.

El alumno explicó que a él tampoco le gustaba tomar clases así, pero que era con lo único que contaba, pero la docente sólo sentenció que eso se vería reflejado en sus calificaciones.

Es alarmante que esta maestra no vea la dimensión de la realidad en la que vive, puesto que en México la pandemia ha ocasionado que 1.4 millones de alumnos no regresen a clases. Siendo que probablemente la mayoría de estos estudiantes tuvieron que renunciar a su formación por carecer de los recursos o por tener que buscar sustento ante la amenazante crisis económica.

La pandemia y la educación a distancia han destapado un problema muy grave, la desigualdad social y económica que perpetúa la pobreza en México.

Aunque el país carece de mecanismos adecuados para registrar el progreso y situación de sus estudiantes, hay varias cifras que nos pueden ayudar a dar dimensión al asunto.

En México 2 de cada 3 jóvenes que no van a la escuela son indígenas. Además de afrontar situaciones de pobreza, esta población tiene el problema de que sus lenguas y costumbres no son consideradas dentro los cánones escolares.

Aunque desde 2012 está en la Constitución que la educación media superior debe ser gratuita y obligatoria, aún se está muy lejos de ese objetivo. Sólo a nivel secundaria la cobertura promedio nacional en 2019 era de 84.9%, mientras que sólo el 54.1% de los jóvenes con 17 años contaban con oportunidades educativas.

También hay un problema en cómo es organizado el presupuesto para este sector. Mientras que en el estado de Guerrero, uno de los más pobres de la república, la cobertura a nivel medio superior es del 43.6%, en la ciudad de México es del 83.6%, lo que nos habla de una administración centralista y desigual.

Los problemas que inciden en la deserción educativa y en la brecha entre los sectores más privilegiados y los de menos recursos son varios. Uno de los más graves es la desnutrición, 38.8% de los hogares con infantes viven esta condición, por lo que no se puede ni pensar en la posibilidad de una educación.

Además de eso, muchos jóvenes se ven obligados a abandonar sus estudios por tener que conseguir un trabajo para apoyar a su familia o sostenerse económicamente ellos mismos.

Otra gran causa de la deserción escolar son los jóvenes que tienen que cuidar a sus familiares, hermanos, padres o abuelos.

Lo que más nos arde

Si un alumno toma clase en un cibercafé porque es la única forma que tiene para hacerlo, no se le debería reprobar, al contrario, se debería ver la forma de apoyarlo para que pueda superar esa desventaja. El sistema educativo no puede reproducir y perpetuar la desigualdad de la sociedad, sino combatirla.

@ESDEARDIDOS

Fuentes:

AnimalPolítico

Siempre.mx

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