Las elecciones estadounidenses del 3 de noviembre se encuentran a la vuelta de la esquina. Se piensa que serán históricas, debido a todo lo que ha acontecido en Estados Unidos en 2020, desde la pandemia del Coronavirus, la guerra comercial con China y los movimientos de Black Lives Matter.
Donald Trump, el candidato republicano y actual presidente, es un personaje más que controversial, una figura fuerte, que no teme a expresar las ideas del ala más radical y autoritaria del país americano.
Por el lado del partido democrático se encuentra Joe Biden, ex vicepresidente de Obama, que con 77 años es uno de los candidatos más viejos de la historia estadounidense.

Y aunque en presencia mediática y personalidad Trump parece un peso pesado frente a un oponente con poca defensa, la verdad es que quizá Trump esté cavando su propia tumba.
Desde el proceso de destitución que enfrentó a principio de año, su fatal respuesta al Coronavirus, que ya ha ocasionado que su país encabece la lista mundial de defunciones, con más de 900 mil muertes, además del alza del desempleo originada por la pandemia. Y más aún su reacción autoritaria a las protestas ocasionadas por el brutal asesinato del afroamericano, George Floyd.

A pesar de todos estos escándalos y de que al día de hoy los pronósticos se inclinan ligeramente hacia Biden, Trump aún está en pie en la contienda electoral, y aún no hay nada dicho.
Como muchos especulan, de poder tener la vacuna lista antes de la elección, Trump podría conseguir la victoria, además de contar con el apoyo del electorado más conservador.
De ser una realidad la reelección de Donald Trump, se consolidarán aún más sus políticas nacionalistas. Y esto ya lo adelantó durante su discurso en la última noche de la Convención Nacional Republicana:
De ser electo, durante los próximos cuatro años Trump se comprometería a: “Ir por China, no confiar en ellos…sacaremos nuestros negocios de China y los traeremos a casa”. Respecto a la situación económica, el presidente aseguró que reducirá los impuestos y creará 10 millones de empleos.

Más alarmantes son sus propuestas para la seguridad del país: “Contrataremos más policías, aumentaremos las penas…enviaremos jueces federales a comunidades con crimen alto.”
Respecto al sector salud, que se ha privatizado aún más durante su administración y que colapsó durante la pandemia, declaró: “Nos aseguraremos que los servicios de salud federales sea protegido para los ciudadanos americanos, no para extraños ilegales”.
Lo mismo agregó acerca de su estrategia migratoria y su famoso muro que está muy lejos de ser terminado: “Tendremos fronteras fuertes, y lo he dicho por años, sin fronteras no tenemos un país…mantendremos América lejos de las eternas guerras extranjeras.”.
Lo que más nos arde
El discurso de Trump fue recibido con aplausos y alabanzas en la junta republicana, sin embargo, fuera de esa esfera Estados Unidos vive uno de los episodios más negros de su historia. Trump representa el autoritarismo americano que una vez pudo conquistar al mundo, pero que por su propia avaricia terminó desencadenando una de las peores crisis de todos los tiempos.
Fuentes: