Históricamente en México la calidad de la industria del entretenimiento siempre ha sido miserable. Existe una gran escuela en los medios de comunicación que hacen uso del engaño y la simpleza para ocultar los problemas que acontecen en el país; en pocas palabras, el entretenimiento en México tiende a idiotizar a las personas.
Si nos remontamos a los inicios de la televisión, el fundador de Televisa, Emilio Azcarraga Milmo “El Tigre”, es recordado por su filosofía acerca del labor de la televisión en la sociedad mexicana.
“México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil…”.

Quizá en la actualidad Televisa no tenga el mismo poder que antes, pero el oligopolio de los medios de comunicación persiste. Más aún, de manera sistemática se siguen usando los mismos temas de la “televisión para jodidos”, comedia que hace referencia a la clase social y racial, telenovelas donde los pobres sufren por los ricos y estándares de belleza inalcanzables para la gente común.
Y aunque los medios de comunicación han cambiado, en Internet se siguen perpetuando estos prejuicios. Tal es el caso de Chumel Torres que, como muchos otros comediantes en México, ha construido su fama por medio de generar polémica en torno a temas sensibles como la raza, la clase social, la educación, el género y las preferencias sexuales, todo bajo la máscara de una “irreverencia política”.
Chumel Torres empezó su carrera como tuitero. Durante las elecciones de 2012 ganó relevancia por tuitear acerca de los debates, burlarse de los candidatos y conseguir el apoyo de algunas corrientes partidistas. Posteriormente abrió un canal de YouTube llamado “El Pulso de la República”, un noticiero distinguido por la sátira y el humor político.

La comedia de Chumel Torres se caracteriza por el uso de estereotipos, memes y referencias a la política. Chairo, negrito, puto, chocoflan, pobre, lisiado y perra, entre otros insultos son clásicos en sus programas, mientras las reacciones del público son divididas, unos lo defienden por ser “políticamente incorrecto”, pero otros lo critican por no tener sensibilidad alguna por los temas que toca.
Además de sus programas, el influencer es una de las principales figuras de Twitter en México. Quizá sea por este medio donde más polémica causa y es que indudablemente sus tuits pueden ser señalados de homofóbicos, machistas, racistas o clasistas.

Sin duda alguna Chumel Torres tiene un gran talento para causar polémica con cualquier cosa.
El ejemplo más reciente fue un tuit referente a la golpiza que recibió un ladrón al querer asaltar una combi. De este hombre no se sabe su destino, pero se volvió un meme a través del que muchos expresaron su hartazgo y enojo ante una situación de inseguridad cada vez peor.
Sin embargo, Chumel no lo vio así, aportando un punto de vista más enfocado a la individualidad y a la vergüenza que es ser pobre en un país tan rico como México.

Otras más de Chumel han sido muchas publicaciones referentes a los “prietos”, ha llamado “Chocoflan” al hijo de AMLO y Beatriz Gutiérrez, desdeñando las lenguas indígenas y una largo etcétera. Es decir, sigue usando la discriminación para sostener su fama.

Lo que más nos arde
Probablemente haya alguna labor informativa en los programas de Chumel, pero quiera o no, sigue los mismos modos que usaba Televisa para entretener al pueblo, sólo que adaptándolos al contexto actual.
Sigue haciendo reír al espectador a través de las desgracias de los demás, reforzando estereotipos que oprimen a las minorías y difundiendo una ideología basada en la discriminación.
Lo más preocupante es que su contenido sigue teniendo una gran audiencia, lo que demuestra una vez más que en México no hemos podido crear otra forma de entretenimiento que no esté basada en la desigualdad, la demagogia y la indiferencia.
Fuentes: