El 2020 no podría ser un año peor de lo que ya es. Después de pandemias, sismos, crisis económicas y polvos del Sahara, lo único más malo que podría sucederle a los mexicanos ya es una realidad: Laura Bozzo regresa a la televisión nacional.

La cadena Unicable decidió regresar a las pantallas a esta mujer con el programa «Laura sin Censura», otro producto igual a otros que ya le hemos visto donde habla de temas polémicos y genera chismes sin ningún sustento o lógica.

Es irónico que un personaje como Laura Bozzo, tan repudiado en Perú, su propio país por sus nexos con la corrupción política, tenga aún cabida en México y busque un lugar en el entretenimiento televisivo.

Ya en años anteriores los mexicanos tuvieron la desgracia de tener a este personaje en horarios familiares de televisión, haciéndose rica con el chisme, la mentira y el morbo, el nivel más bajo y más barato de entretenimiento que puede haber.

Encima, Bozzo se ha encargado de llenar los titulares de los programas de chismes con escándalos baratos, conflictos absurdos con otros personajes de su misma calaña.

¿Por qué será que los productores siguen pensando que los mexicanos no se merecen ver nada mejor en la televisión? En el nivel de crisis social y económica en el que México se encuentra, debería considerarse un crimen producir este tipo de televisión dirigida a alimentar la ignorancia de la población.

Lo que más nos arde

Lo peor del caso es que Bozzo regresa a la televisión porque hay un mercado que la compra. El tema entonces es preguntarse por qué los mexicanos siguen consumiendo este tipo de productos y no son capaces de exigir a los medios un entretenimiento más elevado.

@elardidisimo