Todo parece indicar que la situación dentro de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) está más que paralizada, mientras las autoridades investigan los casos de corrupción en las federaciones y Ana Gabriela Guevara, titular, permanece inmóvil ante el desastre.
En los primeros días de marzo Tamara Vega, pentatleta mexicana, lanzó a redes sociales un vídeo donde denunció el desinterés de la Conade sobre los deportistas y la falta de apoyo que los ha llevado a invertir sus propios recursos para seguir compitiendo.
En esta declaración ella misma advirtió que ya no tenía más que perder, pues literalmente no la estaban apoyando con nada y su beca deportiva estaba siendo invertida por completo en acudir a las competencias.
Extrañamente, o tal vez no tanto, el vídeo desapareció de las redes unas horas después de haber sido publicado.
Vega terminó su participación en la Copa del Mundo de Pentatlón Moderno en El Cairo, Egipto, donde obtuvo el lugar 8. Sin embargo, como ella misma lo dice, Conade no le ha dado recursos para viáticos y eso está poniendo en peligro su participación en Tokio 2020, igual que la de otros atletas.
Mientras tanto Guevara acaba de declarar que Conade perderá, así como si se los hubiera llevado el viento, 3 mil 600 millones de pesos por corrupción. Es interesante porque justo hacen falta muchos millones para poder llevar a los atletas mexicanos a las olimpiadas de este año e incluso para que puedan asistir a competencias menores y con ello poder clasificar.
Es una verdadera vergüenza que el gobierno mexicano niegue el apoyo a sus atletas de alto rendimiento y simplemente haga oídos sordos, especialmente cuando está en peligro el papel del país en los Juegos Olímpicos.
Esta política absurda de la austeridad ya ha llegado demasiado lejos, pues mientras funcionarios de alto rango siguen ganando y robando a manos llenas, sectores como la salud, el deporte, la investigación científica y la educación, de los cuales depende la mayor parte de la población que no tiene salarios de funcionario público, están sufriendo severos recortes.
Lo que más nos arde
Encima el gobierno está en una posición de exigir que todos paguen impuestos, hasta los consumidores menores, pero no garantiza que ese dinero vaya a servir para beneficio de los ciudadanos. Todos en este país sabemos que irá a parar directo a los bolsillos de unos cuantos, quienes encima tienen la posibilidad de decidir a quiénes sí les recortan presupuesto so pretexto de una austeridad que no existe.