Esta política de austeridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ya ha llegado a lugares insospechados y bastante absurdos.
Bajo este pretexto de “ahorrar dinero” para no darle recursos a la corrupción, se ha afectado terriblemente a la salud pública, un sector de que por sí ya estaba en quiebra y ahora ha caído a niveles catastróficos.
Sucede que el gobierno de AMLO decidió darle la concesión de la distribución de medicinas a empresas estatales, lo que ha resultado en una terrible escasez en hospitales públicos de todo el país.
Los principales afectados con esta política son los enfermos crónicos de VIH, diabetes y cáncer, pues sus tratamientos son muy costosos e imposibles de costear si no es a través del sector público.
En enero de 2019 un grupo de padres de niños enfermos, que son atendidos en el Hospital Infantil Federico Gómez, se manifestaron en una avenida de la Ciudad de México para exigir una respuesta ante el desabasto de medicinas que, literalmente, está matando a sus hijos.
La respuesta del Gobierno Federal fue que hay una investigación contra funcionarios del mismo hospital y contra la distribuidora de medicamentos que ha generado un desabasto inexplicable.
El problema es que no es el único hospital público que enfrenta estos problemas y el desabasto es a nivel nacional.
¿Cómo explicarle a los enfermos crónicos que por quitarle el dinero a unos, otros eventualmente tendrán que morir porque no hay medicinas?
Lo que más nos arde
Nadie da la cara, nadie responde mientras millones de personas viven este desabasto de medicinas en hospitales públicos como su condena a muerte.
Cuando llegó AMLO al gobierno mexicano se rumoraba que México iba a terminar en la misma situación que Venezuela. Y la verdad, ya no está tan lejos.