¿Por qué será que la masculinidad de los mexicanos es tan frágil?, ¿será acaso que atrás de esa máscara de feos, fuertes y formales, algo les pica?
A fines de 2019 se viralizó una imagen de Emiliano Zapata en una pose muy sugerente, nada de palabras, pero todo muy obvio. Y enseguida se levantó toda la comunidad conservadora del país a quejarse porque, según sus palabras, esa imagen denigraba al prócer de la revolución mexicana y demeritaba su papel en la historia nacional.
Y sí, absurdamente en pleno siglo XXI el hecho de que un personaje importante pueda o no ser homosexual sigue siendo tema.
¿Qué tendría de malo que Zapata hubiera sido gay o bisexual? Nada, excepto que el imaginario colectivo lo tiene dibujado como ícono de la masculinidad y el machismo, es decir, se supone que era un tipo valiente que se acostaba con todas las mujeres que encontraba en su camino, el absurdo ideal de un héroe al menos para este país.
Ahora hay una corriente histórica que contradice a la historia oficial, pues dice que Zapata tuvo parejas homosexuales y compartió la cama con otros revolucionarios que no tenían miedo de expresarse cariño entre ellos.
La indignación por la pintura de Zapata llegó tan lejos que un grupo de campesinos se manifestó afuera del Palacio de Bellas Artes, argumentando que eso era una ofensa contra un personaje histórico muy importante.
Al mismo tiempo un grupo de activistas LGBT también se manifestó a favor del tema, lo que acabó en una trifulca, golpes y un montón de ofensas homofóbicas que sólo retrataron la ignorancia que ostenta buena parte de la sociedad mexicana.
En todo caso, ¿por qué es malo que se retrate a un personaje histórico como afeminado?, ¿ser afeminado es malo?, ¿ser mujer es ofensivo?
México vive en el siglo XIII respecto al tema de la homosexualidad, como si afuera no hubiera avanzado la humanidad hacia un punto donde la preferencia es una elección personal que es perfectamente respetable en estos tiempos y además es un derecho humano.
Zapata estaría sumamente avergonzado de ver cómo muchos mexicanos usaron los derechos que nos dio la Revolución para separar, discriminar y hacer menos a otros sectores de la población.