En el estado de Nuevo León una reforma a la Ley de Salud aprobó la figura de “objeción de conciencia” en casos de aborto y eutanasia. En pocas palabras esto significa que el personal de salud puede negarse, por derecho, a realizar esas prácticas o atender a ciertos pacientes por cuestión de creencias personales.
Sí, ahora un tema tan delicado como la salud pública, está siendo contaminado por los absurdos de la religión y la ignorancia que invade las mentes mexicanas.
La polémica al respecto se desató porque esta reforma podría permitir que el personal médico se niegue a atender personas de la comunidad LGBT o con VIH Sida. Esto por supuesto fue negado por los diputados del Congreso de Nuevo León, pero ya de entrada la negación del derecho a morir o a tener un aborto seguro ya es bastante discriminadora y es un paso para otro tipo de omisiones igual de graves.
Ya tenemos bastante con el asunto de la discriminación en México, donde al menos 20% de la población asegura haberse sentido discriminada por temas de raza, género, preferencia sexual, religión o posición socioeconómica, como para que ahora esta separación se haga legal por cuestión de creencia.
Y sí, existe una Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación que aplica para todo el país, pero ésta podría verse en una contradicción si se permite que los médicos puedan negarse a atender a alguien sólo porque se sienten diferentes.
Ya sabemos que Nuevo León es un estado netamente conservador y religioso, pero la ley no debería sucumbir ante las creencias o la ignorancia de unos cuantos, pues en el caso de la salud están en juego muchas vidas que valen exacto igual, sin diferencia de creencia, preferencia sexual o grupo social.
Hasta donde recordábamos todos los médicos titulados hacían un cosa llamada “Juramento Hipocrático”, el fue modificado por la Convención de Ginebra en 1948 y afirma que el personal de salud no se dejará llevar por creencias religiosas, de raza, sociales o de grupo político cuando de trate de atender a un paciente.
O sea que incluso los legisladores neoleoneses se pasaron por el Arco del Triunfo un acuerdo internacional que obliga a no discriminar ni negar el derecho a la salud bajo ningún precepto.
Lo que más nos preocupa
México no es el primer país donde se pelea la objeción de conciencia, ya en naciones desarrolladas se prohibió por considerar que afectaba el derecho a la salud, siendo ésta un asunto que no podía ponerse en juego bajo ningún motivo.
De todas maneras, con objeción o sin objeción de conciencia el derecho a la salud en México es muy relativo y a diario se presentan casos de discriminación tanto en sectores públicos como privados, pues la tolerancia y la integración de todas las minorías no son cuestiones que pueda obligar la ley, son asuntos de moral personal.