Ahora resulta que hasta el sistema de tarjetas del Sistema de Transporte Colectivo Metro y el Metrobús, ya ha sido captado por los delincuentes que encontraron un negocio en vender plásticos ilegales.

Resulta que hace tiempo se observa, en calles de la Ciudad de México, a vendedores ambulantes que distribuyen tarjetas precargadas con saldo, siendo que normalmente éstas sólo pueden adquirirse en instalaciones autorizadas o en máquinas dentro de las estaciones de Metrobús.

Cuenta la leyenda que son los mismos trabajadores los que, cuando van a llenar las máquinas, se roban las tarjetas, las llenan en otros aparatos y luego las venden por fuera.

Claro que, como buenos chilangos, todo mundo compra las tarjetas en la calle sin cuestionarse de dónde salen o qué tan legales son, todo con tal de ahorrarse unos pesos.

Los operadores de estos sistemas de transporte ya están buscando cómo frenar estas ilegalidades e incluso se dice que podrían detener a quienes traten de utilizar estas tarjetas para ingresar.

Lo que más nos arde

Mientras tanto cabe la pregunta, ¿por qué compramos tarjetas ilegales, pero luego nos quejamos cuando nos suben el precio del transporte? Ni pagamos lo justo, ni contribuimos que estos sistemas funcionen bien y todavía tenemos la desvergüenza de quejarnos.

@ElArdidisimo