El sistema forense de México es uno de los más atrasados del mundo, debido a que por muchos años no se le ha dado presupuesto para modernización, investigación, actualización del personal e infraestructura de alta tecnología.

En 2019 Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, dio a conocer que en el país hay al menos 26 mil cadáveres no identificados en servicios forenses, que permanecen resguardados a la espera de que el sistema investigue si están en alguna lista de desaparecidos o alguien los está buscando.

Caer en esas circunstancias no es tan difícil como parece, cualquiera que tenga la mala fortuna de fallecer en la calle o ser víctima de la delincuencia puede terminar en el refrigerador de un servicio forense sin que nadie mueva un dedo para identificarlo.

Incluso hay muchas historias de personas que buscaron por años a sus familiares desaparecidos, investigaron en ministerios públicos, hospitales y morgues sin tener resultados, hasta que un día se enteraron que la persona buscada siempre había estado congelada en un sitio determinado o de plano fue enterrada como desconocido en una fosa común, sólo porque las autoridades no hicieron su trabajo.

Mientras en otros países la identificación de cadáveres por ADN ya está totalmente automatizada a través de complejas bases de datos, en México seguimos usando los mismos métodos que hace 50 o 60 años, sin ninguna tecnología nueva que agilice estos procesos.

Lo que más nos arde

¿Será que aquí en México a nadie le interesa la dignidad de los muertos o de sus deudos? Claro que si a nadie le importa ni siquiera encontrar a los que están vivos o regresarle su dignidad a las víctimas del delito, menos va a importar lo que suceda con los que ya se enfriaron.

@elardidisimo