Nos gustaría pensar que todo lo que consumimos a diario, en especial los alimentos, está limpio, es saludable, nos hace bien y viene de compañías honestas, sin embargo, la realidad es que no es así. Mucho de lo que tenemos en la alacena puede provenir de cadenas de explotación, empresas poco éticas e incluso puede ser perjudicial para nuestra salud.
Aceite de palma
Este ingrediente se encuentra en muchos de los alimentos procesados que consumimos, especialmente en postres empacados, y se le relaciona directamente con colesterol, hipertensión y cáncer.
Además de los daños a la salud, el aceite de palma se obtiene de plantaciones en bosques tropicales Asia, Sudamérica y África, lo que ha provocado enormes cifras de deforestación, árboles talados para cultivar palmas que se llevan millones de hectáreas.
Leche que no es leche
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha dado a conocer que al menos 17 marcas mexicanas venden leche que no es leche, es decir, comercializan algo que podría definirse como “producto lácteo”, pero no leche como tal.
Y a propósito de deshonestidades, Teodoro Espejo Barradas es el actual director general de Mexicana de Industrias y Marcas (MIYM), una empresa de leche que envía producto a varios estados de México y Centroamérica. Sin embargo, tiempo antes cumplió condena por haber cometido un fraude contra Maulec, otra del mismo ramo a la que le robó más de 8 millones de pesos.
Agua embotellada súper poderosa
En el mercado mexicano hay decenas de marcas de agua embotellada que aseguran ser alcalinas, enriquecidas con minerales y un montón de maravillas más. Sin embargo, estudios han demostrado que al menos 19 productos analizados en este ramo no tienen ninguna cualidad especial, son sólo agua, pero a un precio más elevado que marcas que no ofrecen ninguna cualidad específica.
A lo anterior hay que sumarle investigaciones que prueban la poca higiene de algunas marcas de agua embotellada en México, lo que podría poner en riesgo la salud de los consumidores.
Atún vs. Soya
En 2019 la Profeco reveló que al menos 18 marcas de atún enlatado engañaban a los consumidores mezclando carne de soya en sus productos. Las investigaciones demostraron que algunas compañías incluso llenan más de la mitad de la lata con soya en lugar de pescado.
Debido a los altos costos de los productos del mar, es obvio que las marcas tratan de engañar al consumidor rellenando las latas con algo más barato, en lugar de subir los precios.
¿Cuántas compañías deshonestas hay en México? Sería imposible enumerarlas todas, ya que aquí engañar a los consumidores no es un delito grave como sí lo es en otros países donde las indemnizaciones por este tipo de demandas son millonarias.