Entre discusiones políticas, opiniones ciudadanas basadas en la ignorancia y mucho egoísmo de por medio, el resultado es que México está haciendo muy poco y casi nada por ayudar a la terrible situación del medio ambiente.
En todo el planeta es sabido que hoy se atraviesa uno de los peores momentos en términos de cambio climático, justo la línea entre un antes y un después de la que no habrá marcha atrás cuando se hayan terminado los recursos naturales.
Y pese a esta terrible situación México está invirtiendo el mínimo de dinero, menos de 2 mil 500 millones de dólares anuales y una cifra muy por debajo de lo que manda el Acuerdo de París firmado por muchos países para rescatar al planeta de esta crisis.
Ese dinero no iría más que temas como reforestación, disminución de gases tóxicos a la atmósfera, concientización, reciclaje y disminución de residuos, y protección de áreas naturales. Sin embargo, en todos esos rubros México es peor que un asco, consume sus recursos mucho más rápido de lo que los genera y va derecho a sufrir las consecuencias del cambio climático.
Lo que más nos preocupa
Es irónico que mientras en otros países las personas realizan campañas de reforestación masiva y ven los árboles como bienes muy preciados, en México los arrancamos hasta para poner postes y seguimos creyendo que el calentamiento global es un chiste de redes sociales.