Todo parece indicar que al cine mexicano se le acabaron las ideas, la imaginación y hasta el buen gusto. Hace por lo menos 10 años que en las producciones nacionales sólo venimos viendo copias, remakes, fórmulas ya probadas en otros países y que aquí sólo repetimos porque es fácil y una apuesta segura.
Como si no hubiera suficientes buenos actores o productores, las casas que hacen cine están optando por hacer refritos de otras películas exitosas, como si supieran de antemano que los mexicanos no ven buen cine, sólo ven comedias baratas con chistes fáciles.
Y por desgracia es ese cine el que la está haciendo en taquilla, algo pasa con los mexicanos que optamos por el cine reciclado y no exigimos propuestas nuevas.
El remake es una tendencia mundial, incluso Disney está optando por rehacer sus propias películas bajo la fórmula del live action, es decir, hacen las mismas historias, pero ahora usan personajes humanos en lugares de dibujos animados.
¿Será que en pleno 2019 ya se nos acabaron las ideas en todo lo que a cine se refiere?, ¿o será más bien que se nos acabó el intelecto humano para crear cosas nuevas?
En 2013 el afamado Eugenio Derbez hizo “No se aceptan devoluciones”, una comedia poco profunda y de lágrima muy fácil, que ya era una copia del exitoso drama familiar “Kramer vs. Kramer” con Mery Streep en 1979.
En 2016 México produjo una porquería llamada “No Manches Frida”, historia fácil con actores que no merecían la pena, pero con un éxito tal en taquilla que en 2019 están por hacer la segunda parte. Además de mala, esta cinta es un refrito de otra cinta alemana que se hizo años atrás.
En 2019 se estrenó otro bodrio nacional llamado “La boda de mi mejor amigo”. Claro que la versión norteamericana ya era bastante buena y difícilmente alguien iba a igualar a Julia Roberts en su protagónico, así que lo que obtuvimos fue un producto de segunda y de pena ajena.
¿Por qué querríamos nuevas versiones de películas que ya fueron bastante buenas y ya nos hicieron reír, llorar y cantar sin parar?
En 2019 se estrena la nueva versión de “Como si fuera la primera vez” con Vadhir Derbez. Y pues no, podemos augurar que no va a ser mejor que la versión norteamericana de 2004 porque el contexto, los personajes, la música y los paisajes no se adaptan a los que tenemos en México.
En fin, no es culpa de quienes hacen este cine, sino de quienes van a verlo y dan su dinero para que se sigan haciendo este tipo de aberraciones.