Viviendo en México, en pleno 2018, lo menos malo que te puede pasar es ser robado en medio de un tumulto sin que te des cuenta. Que te roben las tarjetas, el celular y el poco efectivo que traes, sin que siquiera te percates del hecho, ya es algo de agradecerse.

En el peor de los casos te roban, pero además te golpean, te quitan los zapatos y si corres con muy mala suerte quizá te lleves un balazo de recuerdo.

Más de 25 millones de personas denuncian asaltos en algún lugar de México, cada año. Esa cifra, más todas las otras personas que deciden no denunciar por miedo o por desinterés de enfrentarse al inútil sistema de justicia, hace que sea realmente aterrador salir a la calle por miedo a los delincuentes.

Homicidio doloso, secuestro, extorsión, robo y violación son los delitos que más se denuncian en México, perpetrados por bandas que se aprovechan del miedo, la desolación y la inoperancia con la que actúan las autoridades del país.

Y de impunidad mejor ni hablamos. México está en el lugar 58 de los 59 países donde más delitos quedan impunes, solamente superado por Filipinas, dando como resultado que menos del 5% de los delitos denunciados reciben una sentencia.

Entre los malos, que son muchos y no tienen remedio, y los mexicanos que ya están cansados del tema, no es de extrañar que cada vez personas busquen hacer justicia por su propia mano ante el miedo, la inseguridad y el horror de volver a ser víctimas de algún grupo criminal.

Descomposición social, falta de empleos bien remunerados, pobreza, marginación y educación deficiente, hay muchos factores a los que podríamos atribuir el latente aumento de la inseguridad en México. Aunque en realidad lo que más incide en el tema es que las leyes no trabajan, no hay un verdadero sentido de justicia en las autoridades.

Lo que más nos arde

Como dato aterrador, durante 2017 más de 11 mil criminales fueron liberados de las cárceles de la Ciudad de México, debido a que el Nuevo Sistema de Justicia Penal afirma que sus delitos ya no son graves.

@ElArdidisimo