El término “sobreturismo” se refiere a una situación en la que el número de turistas que visitan un destino excede la capacidad del lugar para gestionarlos de manera sostenible. Esta sobrecarga no solo deteriora la experiencia del visitante, sino que también provoca graves consecuencias para el medio ambiente, el patrimonio cultural, las comunidades locales y la economía. En los últimos años, esta problemática ha aumentado de forma considerable, impulsada por distintos factores como los vuelos de bajo costo, la popularidad de las redes sociales, el crecimiento de las plataformas de alojamiento vacacional y la falta de planificación urbana y turística.
Uno de los impactos más alarmantes del sobreturismo es el deterioro ambiental. El incremento excesivo de visitantes genera una presión incontrolable sobre los ecosistemas locales: se incrementa la basura, se erosionan suelos, se contaminan playas y ríos, y se altera el comportamiento de especies animales. Incluso, algunos lugares han tenido que cerrar temporalmente por el daño ecológico causado por los turistas en pocos años.

Además del impacto ambiental, el sobreturismo amenaza el patrimonio histórico y cultural debido al deterioro de sus monumentos, calles y edificios antiguos por el tránsito constante de multitudes. En muchos casos, las comunidades locales sienten que sus ciudades han sido transformadas en escenarios vacíos donde es más importante el espectáculo para el turista por encima de la vida cotidiana.
Por otra parte, se llegan a perder costumbres, se gentrifican barrios y los residentes se ven desplazados por el alza en el costo de vida y la especulación inmobiliaria provocada por la demanda de alojamientos turísticos.
Aunque el turismo suele ser promovido por los gobiernos por su capacidad de generar ingresos y empleos, el sobreturismo puede tener efectos negativos a largo plazo. La saturación puede ahuyentar al turismo de calidad, dañar irreversiblemente el atractivo del destino y hacer que la economía local dependa peligrosamente de una sola actividad. Además, muchos beneficios económicos se concentran en manos de grandes empresas y plataformas digitales, sin redistribuirse equitativamente en las comunidades que ven su día a día afectado.
Si hablamos de esto, la calidad de vida de los habitantes locales también se ve comprometida. La masificación de los espacios públicos, el ruido, el tráfico y el encarecimiento de servicios básicos afectan directamente a quienes habitan los destinos turísticos. En lugares donde antes se vivía con tranquilidad, los residentes se enfrentan ahora a la pérdida de identidad y a un sentimiento de alienación en su propio entorno.
Frente a este panorama, es urgente repensar la manera en la que se hace el turismo en el mundo. Ya que es posible viajar adoptando una actitud consciente que valore el respeto al entorno y a las personas. Esto implica elegir destinos menos saturados, consumir productos y servicios locales, evitar los comportamientos invasivos y comprender que el turismo debe ser una experiencia de intercambio, no de conquista.
Fuentes:
https://courier.unesco.org/es/articles/viajar-sin-dejar-rastrohttps://www.ecologiaverde.com/overtourism-o-sobreturismo-que-es-causas-consecuencias-y-soluciones-4441.html