Las elecciones se aproximan a México, desde Gobernadores, Senadores, Diputados y hasta la contienda por la presidencia. Aunque la temporada aún no comienza, ya se anuncia con la aparición de propaganda política para recordar los logros, promesas o la personalidad de distintos partidos y candidatos.
Para la percepción pública, mucha de esta propaganda es considerada como inservible, grandes espectaculares a mitad de la calle, cientos de póster pegados a menos de un metro de distancia uno del otro, pendones colgados en postes, árboles y hasta casas; al final muchos coinciden en que lo único que esto genera es contaminación visual y desechos, que perfectamente puede evitarse.
Las leyes son claras, durante tiempos fuera de campaña, ningún cartel, espectacular, pendón, mural o promocional deberá ser visible en espacios o medios públicos. Cualquier manera de convencer a los ciudadanos de votar por un partido o candidato está completamente vetada. Por lo que la aparición de estas se fomenta la ambigüedad de las leyes, que básicamente permiten que otros puedan opinar o discutir sobre un candidato y sus ideas.
En redes sociales, opositores, ciudadanos apartidistas y hasta justicieros sociales, han denunciado la aparición de esta propaganda en distintos estados de la República Mexicana, así como de la misma CDMX. No importa el color del partido, es muy probable que el candidato ya esté exhibiendo sus ideales, por lo que han surgido movimientos, denuncias y hasta “challenges” a través de los años, para eliminar y combatir estas acciones ilegales.
Muchos de ellos combaten la desinformación de igual forma, demostrando hasta dónde pueden ser exhibidas todas estas piezas, por ejemplo, en los límites de nuestra propiedad, si la publicidad fue puesta sin nuestro consentimiento, puede ser retirada por nosotros mismos, si así lo deseamos.
Para algunos otros se convierte en la oportunidad perfecta de crear casas para animales callejeros durante épocas de fríos, así como para evitar que todo tipo de plásticos que han sido usados en la propaganda, tenga una vida mucha más útil que al ser desechados sin más, una vez que las campañas han finalizado.
Los candidatos promocionados se deslindan de cualquier acto, argumentando que es la decisión y entusiasmo mismo del pueblo, que no puede esperar a la temporada electoral para demostrar su apoyo por sus candidaturas. Claramente, los ciudadanos se muestran escépticos ante estas declaraciones y entre mentiras y molestias, siempre enfurece que estas acciones se realicen con el dinero del pueblo, en lugar de ser invertido en otros beneficios para la ciudadanía.
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